Cualquier persona que por primera vez lea la historia de vida de Luis Manuel Toruño, “Charrasca”, probablemente supondría que se trata de una novela interesante. Sin embargo, no lo es. “Los hechos son reales y recogen, testimonios vivos de personas que compartieron con este controversial personaje de la ciudad de León”.

“Fue un hombre insurgente, drogo y nefasto”, sostienen historiadores nicaragüenses.

“Combatió con bravura a la guardia somocista. Considerado un “héroe” por muchos y para otros un delincuente y criminal”, acentuaron.

“Su vida fue una mezcla de valentía, drogadicción y fechorías. Aunque su arrojo hacía temblar a efectivos de la guardia nacional”, mantuvieron.

“Charrasca”, el látigo de la guardia somocista y terror de la población

El polémico hombre se convirtió en el látigo de la guardia somocista, en la “insurrección” que dirigió el partido FSLN. Que más tarde, liderado por Daniel Ortega y Rosario Murillo, se convirtió en una dictadura.

“Creció en el barrio San Felipe, en medio de la rebeldía, delincuencia y crimen”, exteriorizaron.

Varias hipótesis sobre su mote

La progenitora de Luis Manuel Toruño, Olivia Montenegro dijo a periodistas leoneses, que su hijo fue bautizado por sus camaradas con el apodo de “Charrasca”, porque tenía una brazo quemado, tras sufrir un accidente de tránsito en un tráiler, cuando viajó al balneario de Poneloya.

Sin embargo, comunicadores locales recogieron otras versiones del alias de Luís Manuel y sostienen que se derivó, cuando charrasca iba a su centro de estudio y le decía a una vendedora, “Me sirve mi “vigoroncito” con mi charrasquita.

Aunque, mano negra, amigo de Charrasca, dijo que ese sobrenombre se debe, porque era delgado y tenía una figura semejante Augusto César Sandino.

Por su parte combatientes históricos del orteguismo, bajo condición de anonimato, revelaron que cuando el FSLN intentó rehabilitar a Charrasca en Cuba, después que triunfo la Revolución Sandinista, en 1979, sin embargo, asaltó una institución bancaria, quemó vehículos y se apropió de un centro recreativo en la Isla.

“Sus últimos asesinatos de Charrasca, fue su cónyuge, Patricia Eugenia Montes y su cuñado Jorge Montes, en el barrio Domitila Lugo, cuando llegaron a sus oídos chismes de supuesto adulterio. A partir del doble crimen, se mantuvo semi oculto, perseguido por sus compañeros de armas.

Luís Manuel, “Charrasca”, fue capitán del ejército

“Charrasca” a pesar de ser un criminal, fugitivo, fue capitán del Ejército Popular Sandinista y caminaba con guardianes.

A la par, mano negra señaló que conoció a Luís Manuel Toruño en el barrio de San Felipe, cuando eran niños y más tarde pasó a ser miembro de una pandilla de drogadictos y provocadores de bochinches.

“Esas pandillas de San Felipe y Zaragoza contendían con pobladores de Sutiaba. Se daban cita en el atrio de la Iglesia San Felipe y con hierros, armas hechizas y pedazos de palos, apaleaban a sus rivales.

Determinó, que Luís Manuel y su grupo, era de barreada, dragos, lumpen y disfrutaban de los pleitos y descaros que hacían. Íbamos a los riachuelos y ahí armábamos escándalos con personas de otros barrios.

Los padres de charrasca, Vivian en la Mina el Limón, jurisdicción del municipio de Larreynaga- Malpaisillo, y se trasladaron a residir al histórico barrio San Felipe, junto a ellos, el niño que más tarde sería el azote del mismo sector.

Previsiblemente, en las avenidas del barrio, charrascas se encontró con su pandilla, entre ellos: Isidro Ramiro Soza (Piscis), Marvin Saavedra Ramírez (Chivo Pando), José Antonio Villegas (Pescado Lucio) y Darvis Pérez Zelaya (Mano Negra), llamado así, porque se colocaba un guante negro en una de sus manos.

“Fuimos un grupo de rebeldes, dragos, bandidos y homicidas, que nos encantaba exhibirnos ante los pobladores. Hacíamos “pleitos” y en muchas ocasiones, caímos presos”, señaló mano negra”.

Además, Charrasca fue un toxicómano que se ordenaba solo, por eso, no fue parte del Ejército Popular Sandinista. “Hacíamos ejecuciones por nuestra propia cuenta”, sustentó.

Su grupo delincuencial no tuvo carácter ideológico

Por su parte el destacado periodista Guillermo Cortés Domínguez, en su obra literaria de León al Bunker, que narra los episodios de la insurrección en León y sus actores. Especificó que la hostilidad de los jóvenes con efectivos de la guardia de la tiranía somocista, no tuvo un carácter ideológico

A la par, mantiene que la rebeldía incrementó en los jóvenes, tras una paliza que soportó la matrona de Charrasca, Doña Olivia, de la guardia, cuando pretendió frenar una de las tantas capturas a su retoño.

A la par, relató que Charrasca y su grupo siguieron al guardia que agredió doña Olivia y una mañana lo agarraron y le descargaron pedradas. Lo abatieron y con su mismo revólver lo asesinaron.

“Charrasca quizás no fue admirado, y las personas con mayores recursos económicos de la ciudad, “temblaban” de espanto al escuchar su sobrenombre”, resaltó.

Se suicidó, cuando era perseguido por la Policía

De la misma forma, el periodista y escritor Fabián Medina, sostiene que la tarde del 23 de marzo de 1982, una patrulla de la recién creada Policía Sandinista transitaba de la iglesia San Felipe hacia el Estadio, en León, cuando se topa con una moto que viene contra la vía.

“Le hace parada. El motociclista saca una pistola y responde a balazos. Se atrinchera en el resquicio de un pequeño portón, a un lado de la calle”, sostuvo.

Los policías le disparan ráfagas. Lo alcanzan varias veces. Aquel, gravemente herido, abate el portón con el peso de su cuerpo y huye hacia el río El Pochote.

Señaló el comunicador que para esa época, los policías sabían que el motociclista es el famoso Charrasca.

“Este huyó en una moto perseguido por la policía. Cuando le daba alcance, sacó su pistola y se asestó un balazo en la cabeza”, expuso.

Sucumbió frente a la iglesia de San Felipe, a eso a las cuatro de la tarde del 23 de marzo de 1982.

Dora María Téllez admitió que Charrasca y su grupo tenía muchas lacras

La ex comandante guerrillera y desterrada política de la dictadura de los Ortega- Murillo, Dora María Téllez, que dirigió la insurrección en 1979 en León. Admitió que charrasca y su grupo le provocaron muchos problemas. Aunque era intrépido. Con una gran capacidad de sacudir y causar pavor a la guardia.

“A la vez tenían vicios. Era dificultoso imponer términos en un contexto de clandestinaje.

Adicionó, que a charrasca y sus camarada lo mandó a encarcelar. Para impedir derramamiento de sangre. Con astucia, se les mandó a llamar con supuesto propósito de hacer una maniobra especial, y era para detenerlos. Se les cerró la puerta y se les desmontó.

Manifestó Dora María, que Charrasca y su pandilla pasaron presos la mayor parte de la Insurrección.