Como una película de crimen, los asesinos pensaron que no habían dejado rastro, pero sí lo hicieron, fue un testigo, que gracias a su testimonio, las autoridades policiales pudieron resolver un doble asesinato que conmocionó a Nicaragua en agosto de 2013.

Esta historia criminal inició en la oficina de leyes de la abogada Verónica Cruz Cuadra, donde habitaba con su esposo Mynor Ponce, ubicada en el barrio Campo Bruces de Managua, cuando llegó su clienta Yolanda Jiménez Báez a pagar un dinero de una hipoteca y de otras diligencias legales. Ella se hizo acompañar de sus dos hijos Arles Ortega Báez y Benedicto Barraza Báez.

Por dinero

Según el libelo acusatorio del Ministerio Público, la víctima tenía hipotecada una escritura pública por un préstamo de diez mil dólares, por lo que pagó doce mil en concepto de interés del 20 por ciento, y un mil quinientos más por mejoras a un rancho del terreno ubicado en la Paz Centro (León), en total canceló trece mil quinientos, sin embargo no recibió el documento legal, por lo que fue citada a la oficina de la abogada  Verónica Cruz en el barrio antes mencionado de Managua
A las 5 y 30 de la tarde, del 14 de agosto del 2013, Yolanda Jiménez Báez, llega con sus hijos Arles Ortega Báez, y Samuel Benedicto Barraza Báez, a la casa y oficina de la abogada Verónica Cruz.

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Los acusados se mantuvieron cabizbajos en los juzgados


Cuando las víctimas están en sentadas en frente a la abogada, Ponce le dice a su esposa que va para el gimnasio y se pone unos guantes para supuestamente conducir una moto, pero de pronto saca un bate de aluminio y comienza a darle batazos a Arles Ortega Báez, quién cae inconsciente al piso, enseguida   le propina los mismos golpes a Benedicto Barraza Báez, quien se hace el muerto desde entonces, éste ve caer a su mamá Yolanda Jiménez Báez, a quien le asestan varias puñaladas

Enseguida la pareja introducen los cuerpos de los dos hijos en posición fetal en el valijero del vehículo Toyota blanco placa M 171 879, propiedad de Yolanda a quién la trasladan en el asiento delantero y toman rumbo hacia Masaya. A las 9 y 45 de la noche, en la vuelta de la U en la Comarca el Pochote en Masaya, Ponce dispara contra Arles, sigue con Samuel quién recibe el disparo en el cuello que lo le afectó algún órgano vital, seguido se escuchan dos disparos en la parte delantera del carro que eran para rematar a la señora.

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Los acusados fueron condenados a 30 años de prisión

El muchacho sobrevivió de milagro

Los asesinos se marcharon del lugar creyendo que los tres habían sido asesinados, sin embargo en las primeras horas de la mañana del siguiente día, el muchacho Barraza, logra despertarse y sale del valijero mal herido pidiendo ayuda, y una persona que pasaba por ese camino lo auxilió y lo llevó al hospital de Masaya, después su testimonio fue clave para llevar tras las rejas a los asesinos.

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Después de tres meses de juicio, en los juzgados de Masaya, la abogada Verónica Cruz Cuadra, y su esposo Maynor Ponce, fueron condenados a 30 años de prisión por el asesinato de Yolanda Jiménez Báez, y Arles Ortega Báez, y por homicidio en grado de frustración en contra de Samuel Benedicto Barraza Báez, y tenencia ilegal de armas.