El lento reconocimiento del régimen dictatorial de Daniel Ortega y Rosario Murillo hacia China como “una sola república”, se hizo 14 años después que los sandinistas llegaron nuevamente al poder en 2007 y también, luego de haber agotado otras opciones económicas y políticas mientras pasaron años extorsionando a los taiwaneses.

Lo anterior está escrito conforme a un artículo del medio de prensa escrita internacional THE DIPLOMAT, que realza el reconocimiento de China por parte de Nicaragua en diciembre de 2021 y su correspondiente abandono de los lazos de larga data con Taiwán, que inicialmente no produjo frutos significativos.

No obstante, destaca que los insignificantes frutos podrían explicarse como un “sutil pero contundente castigo” del Gigante Asiático hacia los Ortega-Murillo, por la flemática disposición para desconocer a Taiwán y reafirmar la política de reconocer a “una sola China”.

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Relaciones con desigualdades

THE DIPLOMAT apuntó que a pesar del lento comienzo de las relaciones entre China y Nicaragua, existe una estrategia de suma relevancia y trascendencia expansionista con el país centroamericano.

Por ejemplo: el medio de comunicación resalta que a medida que crezca la posición comercial, política y militar de Pekín en Nicaragua, “es probable que aumente significativamente la dependencia del régimen de Ortega y la correspondiente influencia que China puede utilizar en Nicaragua para perseguir sus objetivos estratégicos”.

Así mismo, destacó que dentro de esta relación diplomática y de poder geopolítico, es muy probable que esta situación favorezca de forma desigual, siendo beneficiada más China que Nicaragua.

“La puerta abierta dada por el régimen de Ortega a Beijing no traerá prosperidad al país. Sin embargo, ayudará a mantener al régimen en el poder al proporcionar no solo recursos, sino también oportunidades de corrupción a través de transacciones poco transparentes con entidades con sede en China”, remarca el artículo.

Lo descrito fue basado en las relaciones que China ha tenido con otros regímenes populistas autoritarios de la región, incluidos Hugo Chávez y Nicolás Maduro en Venezuela, el régimen de Rafael Correa en Ecuador y el régimen de Evo Morales en Bolivia.

Incentivos para la élites y desigualdad social

Esta relación, únicamente promocionará e impulsará la desigualdad social dentro de la nación centroamericana, proporcionando “incentivos a las élites empresariales, militares y de otro tipo nicaragüenses para que permanezcan leales a los Ortega frente a las sanciones internacionales y el deterioro de la situación económica y la democracia de Nicaragua”.

“Al igual que con otros países pequeños que recientemente han abandonado Taiwán, el comercio de Nicaragua con China está a punto de expandirse significativamente, pero de maneras que favorecen sustancialmente a Beijing”, añade THE DIPLOMAT.

El comercio “unilateral” en gran medida, se facilitará según el artículo, por los 13 memorandos de “entendimiento” que la dictadura familiar de Daniel Ortega y Rosario Murillo firmaron con China, “así como por el nuevo acuerdo comercial de tarifas (TLC) entre China y Nicaragua, firmado en agosto de 2023, tras 13 meses de negociaciones sin precedentes. El TLC entrará en vigor en 2024”.