El módus-operándi que está usando la dictadura de los Ortega Murillo contra sus leales funcionarios de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), es de terror y flagrante violación a los derechos laborales de sus fieles.

El método está creado para generar pánico dentro de sus propias filas.

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Así lo comprueba el testimonio de una trabajadora de la CSJ de Estelí, que los trabajadores son despedidos de manera atroz y sin ninguna legalidad. 

“Nos quitan hasta el pasaporte y nuestro derecho a nuestro aguinaldo y resto de prestaciones laborales” dice parte de la evidencia brindada a DaríoMedio Internacional por la exfuncionaria.

Asimismo los defenestrados quedaron imposibilitados de viajar legalmente para buscar opciones de trabajo y obtener ingresos fuera de Nicaragua.

Leales despedidos de Murillo quedaron en la indefensión total

Además, están en completa indefensión ante la vulneración de sus derechos laborales. “Es decir que salieron con una mano atrás y otra adelante” destacó nuestra fuente.

Igualmente quedan marcados   socialmente por su complicidad con los tiranos y muchos de ellos tendrán que rendir cuentas cuando se recupere el estado de derechos y la democracia en Nicaragua.

Similar herramienta de terror ha implementado la dictadura desde la rebelión de abril de 2018, que ha enviado la Policía Sandinista y paramilitares a secuestrar a opositores quitándoles   de sus celulares y otros enseres  y decenas de ellos fueron desterrados del país.

Cabe mencionar que la barrida de despidos de Rosario Murillo llegó a la Circunscripción de León, donde al menos treinta personas fueron despedidas de manera inhumana y echados a la calle sin ninguna prestación laboral y amenazada de ir a la cárcel si hablan de sus casos.

Dentro de los despidos está el perpetrador de violaciones de derechos humanos, Benito Rafael Lindo Centeno.

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Recientemente el grupo de investigadores para Nicaragua de la Organización de Naciones Unidas, informó que la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo sigue cometiendo delitos de lesa humanidad con la lealtad de la Policía, paramilitares, ejército y connotados fanáticos del orteguismo.