El general en retiro Humberto Ortega, exjefe del Ejército de Nicaragua durante la Revolución Ciudadana de 1979, hizo una declaración contundente a través de un artículo de opinión publicado en el diario La Prensa -rotativo confiscado por la administración sandinista-, donde arremete contra el “autoritarismo y absolutismo” que caracteriza al régimen de su hermano Daniel Ortega y su cuñada, Rosario Murillo.

En su “análisis” de once puntos, Humberto Ortega también señala la “insistencia antidemocrática” de la oposición nicaragüense, la cual, según él, busca el respaldo del Gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica (EE.UU.) para acceder al poder. Sin embargo, no ofrece soluciones claras para la crisis que enfrenta Nicaragua en la actualidad.

El general en retiro hace una advertencia acerca de la vulnerabilidad de Nicaragua en el contexto de las tensiones geopolíticas actuales, destacando que el país centroamericano podría enfrentarse a una intervención “quirúrgica” por parte de EE.UU. si se considerara necesaria. Esta situación se agrava por las relaciones que Nicaragua mantiene con potencias como Rusia y China.

“En la dramática coyuntura, del actual reparto mundial, se marca más claramente el tuyo y el mío. En este contexto de forcejeo entre las grandes potencias, Nicaragua está más expuesta a una acción quirúrgica, relámpago por parte del gobierno norteamericano en caso lo considere imprescindible. También los países del ALBA que más retan a EE.UU., se exponen, sin estar en capacidad de librar guerras de resistencia de larga duración, como en el pasado Nicaragua resistió y venció. Los gobiernos del mundo, aunque incidan, no evitarán las decisiones que las grandes potencias acuerden”, escribió.

Asimismo, Ortega pone en tela de juicio la capacidad de resistencia de los países de la Alianza Bolivariana, como Venezuela y Cuba, frente a una posible intervención estadounidense, sugiriendo que no están preparados para enfrentar una guerra prolongada como la que Nicaragua experimentó en el pasado, y de la que él formó parte fundamental.

En medio de este panorama tenso, el exjefe militar hace un llamado a la “movilización ciudadana”, especialmente de los “jóvenes conscientes”, para evitar un desenlace desastroso y forzar a las potencias mundiales a alcanzar acuerdos de paz trascendentales. Su propuesta de solución radica en la instauración de un Gobierno de centro democrático que promueva la “coexistencia pacífica” de las fuerzas políticas opositoras, garantizando la plena libertad individual y el no alineamiento incondicional.

Humberto Ortega concluyó su reflexión instando a resolver con urgencia la crisis política que atraviesa Nicaragua, abogando por una administración “que gobierne” desde el centro democrático para asegurar la dignidad y la libertad del pueblo nicaragüense frente a las presiones internacionales, más no profundizó en las presiones y realidades locales.