Es bien sabido que muchos critican que religiosos y religiosas en cualquier parte del mundo y principalmente en Nicaragua, opinen o expongan sus puntos de vista políticos desde la religión y cuestionen las cosas que no se hacen bien desde los gobernantes.

Desde 2018 varios obispos e incluso algunos pastores evangélicos desde sus púlpitos han expresado el desacuerdo sobre la crisis sociopolítica que atraviesa Nicaragua. Además de apoyar a varios nicaragüenses que participaron en las diferentes protestas antigubernamentales.

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Para nadie es un secreto que la iglesia católica ha apoyado de diferentes maneras a los nicaragüenses que salieron a protestar durante el inicio de la crisis en Nicaragua brindándole alimentos, medicinas, hasta resguardo.

Lo antes mencionado ha sido mal visto por muchas personas señalando que la religión no debe de estar involucrada con la política y por ende critican a los obispos por predicar desde sus homilías mensajes de ánimo, apoyo para el pueblo y de repudio por el accionar de la dictadura.

Este domingo monseñor Silvio José Báez uno de los obispos más crítico del dictador Daniel Ortega y quien se encuentra exiliado en Estados Unidos, debido a su posición que incomodo a la dictadura durante las protestas de 2018, explicó a través del pasaje bíblico en el evangelio según San Mateo capítulo 22, sobre la relación entre la política y la religión.

“Den al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios” (Mt 22,21). Esta frase de Jesús ha sido mal interpretada y usada con frecuencia para establecer una total separación entre lo político y lo religioso. Muchos la usan para descalificar cualquier interpelación o crítica que se hace desde la fe a la política y para deslegitimar la voz de la Iglesia en cuestiones sociales”, destacó monseñor Silvio Báez.

La religión y la política

Asimismo, el religioso señaló que la frase de Jesús no quiere decir que, por un lado, la política se ocupa de la organización social, la justicia, la economía, las políticas fiscales y las decisiones públicas y, por otro lado, la religión debe dedicarse exclusivamente a la vida íntima de las personas, al culto y a la relación individual de cada uno con Dios.

“Dios y el César no se reparten entre sí la obediencia y la sumisión de los seres humanos. Jesús no imagina a Dios y al César como dos poderes que están al mismo nivel y que se reparten la obediencia de las personas”, explicó el obispo.

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Al mismo tiempo dejó claro que lo que Jesús enseña es que ningún poder político, ningún “César” de este mundo, puede pretender ser dios y señor del ser humano. Ningún César de este mundo, ni los faraones del pasado, ni los dictadores de hoy, pueden exigir lo que solo pertenece a Dios.