Es cierto que el Departamento de Estado de EEUU, criticó la decisión del Tribunal Supremo por inhabilitar a María Corina Machado y Henrique Capriles de las elecciones en Venezuela.

Lo que queda claro es que al gobierno de Biden le falta mayor firmeza a la hora de mantener las sanciones sin importar que en dictaduras como las de Venezuela o Nicaragua intenten demostrar un ápice de respeto a los derechos humanos a modo de cortina de humo para desviar la atención mundial.

Si bien, USA dijo que “es inconsistente con el compromiso de los representantes de Nicolás Maduro de celebrar unas elecciones presidenciales venezolanas competitivas en 2024”, expertos en política internacional critican el proceder tímido de Biden en cuanto a aplicar y mantener sanciones rigurosas se refiere.

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Actualmente, EEUU está revisando la política de sanciones a Venezuela, basándose en este hecho y en los recientes ataques políticos contra candidatos de la oposición democrática y la sociedad civil. Es por ello que USA no renovará las licencias que alivian las sanciones al sector energético de Venezuela cuando expiren en abril, anunció el martes Matthew Miller, portavoz del Departamento de Estado.

El alivio de sanciones permite a Maduro llevar la delantera

Estados Unidos le había puesto una baja probabilidad a Maduro para que éste fuera a cumplir con los compromisos políticos adquiridos internacionalmente. “Sin embargo, apostó a realizar una transacción entre alivio de sanciones por reformas electorales sabiendo la poca probabilidad de cumplimiento de Maduro”, expresó a Darío Medios el experto en migración y política Manuel Orozco.

Para Orozco, esta situación dio como resultado el que Estados Unidos volviera a las sanciones, cosa que ya había advertido meses anteriores en caso que Maduro incumpliera.

“En este sentido nada es nuevo. Es un proceso de tit-for-tat transaccional donde Maduro lleva la delantera”, añadió.

El experto también enfatizó que el gran problema ha sido que la administración Biden no ha tenido una política exterior consistente hacia Venezuela desde su llegada al gobierno. Redujo el nivel de sanciones de manera sustancial, a pesar del volumen migratorio de ese país hacia Estados Unidos.

Ante la ausencia de una política hacia Venezuela, una reducción de penalidades por vía de sanción, y una disposición a negociar con una dictadura que ya mantenía una trayectoria violatoria de los acuerdos internacionales como los constitucionales, “no era de sorprender que ocurriera un fracaso”, indicó.

De acuerdo a Orozco, gran parte del problema estriba en que esta administración no quiere arriesgar una pérdida de fuentes petroleras Venezolanas, pese a que un alivio en sanciones no aumentaría la producción petrolera debido al gran desastre en que se encuentra el sistema.

Otra explicación que brinda Manuel Orozco es que Biden no toma en cuenta la importancia de nutrir la relación con Guyana que ya está al nivel exportador de Venezuela.

Nicaragua no se queda atrás

La urgencia de realizar un cambio político en Nicaragua, como resultado de la presión externa y la recuperación del espacio cívico nacional, va más allá de sacar a la dictadura Ortega-Murillo del poder, según análisis del experto.

La destrucción causada al país y los costos en tiempo y recursos que demandará la reconstrucción democrática, hacen de la movilización algo impostergable.

Primero, el control total de la sociedad que ha ejercido el régimen ha sido destructivo para el país. Segundo, el nivel de destrucción al que están llevando al país es tal que, de ocurrir un cambio en tres años, tomará más de cinco para empezar a recuperar la estabilidad democrática y económica en el país. Pero para entonces el mundo también habrá avanzado mucho más.

Es por eso que expertos en el tema como Manuel Orozco aconsejan que tanto la comunidad internacional, como los grupos cívicos comprometidos con una transición democrática, y la disidencia del régimen que quiere ser parte de una solución nacional, tienen que asumir el reto de empezar a transformar Nicaragua ahora, “porque de otra forma el desastre de hoy será un retraso irreversible mañana. Postergar la transformación de Nicaragua condenará al país a una nación fracasada y fallida”, asegura.

EEUU sigue estudiando sanciones a Nicaragua

El gobierno de Estados Unidos sigue evaluando más sanciones tanto políticas, económicas como individuales, dijo en noviembre de 2023 el embajador de ese país ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Frank Mora, un día después que se concretó la salida del país de la organización regional.

Consultado sobre la posibilidad de ampliar las sanciones económicas, para evitar que la dictadura de Ortega se sostenga sobre beneficios económicos que llegan desde Estados Unidos, Mora dijo que su país siempre está analizando “cuál es la mejor estrategia para presionar al régimen, pero sin afectar y sin perjudicar al pueblo nicaragüense”.

No obstante, hasta el momento Estados Unidos se ha resistido a aplicar sanciones económicas al régimen de Ortega que podrían hacer tambalear la economía de ese país, pero que también afectarían a otros países de la región, dado que comparten un tratado de libre comercio con la potencia norteamericana y se ha limitado a sancionar y revocar visas a funcionarios nicaragüenses ligados a la dictadura.

“A veces las sanciones generales económicas tienen un impacto que puede afectar al pueblo nicaragüense y la prioridad que tenemos es cómo apoyar y cómo ayudar al pueblo nicaragüense y no afectarlo de una manera negativa por una sanción”, dijo Mora.