Olvidándose de la arremetida en contra de las oficinas de la Organización de Estados Americanos (OEA) y el rompimiento de relaciones diplomáticas con Taiwán, así como el robo de sus instalaciones, la vicepresidente de Nicaragua, Rosario Murillo, calificó de «salvaje» el allanamiento de Ecuador a la Embajada de México.
«Seguimos exigiendo al Gobierno de Ecuador que cumpla con la convención de Viena», señaló Murillo, quien adelantó que se está preparando una declaración conjunta con los estados miembros de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) que «rechaza y condena esta salvaje ruptura de las normas de convivencia civilizada entre los países, pueblos y gobiernos».
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Remarcó, además, que el gobierno de Daniel Novoa irrumpió «de manera violenta y sacando de manera violenta a los diplomáticos de esa sede —de México— para luego extraer a un personaje (Jorge Glas), que además fue autoridad de Ecuador y que estaba en condición de asilado».
Sin aludir que su embajada en Panamá tiene asilado al delincuente Ricardo Martinelli, la vicedictadora nicaragüense afirmó «que cuando un Gobierno concede asilo a una persona, se debe de respetar, de acuerdo a la Convención de Viena».
«Hemos estado participando en claro rotundo y rechazo a este proceder y también hemos reiterado al Gobierno de México nuestro respaldo para sus iniciativas en la Corte Internacional de Justicia (…) donde defiende su soberanía», agregó la portavoz de la dictadura orteguista.
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El pasado seis de abril, el régimen de Nicaragua rompió relaciones dilemáticas con Ecuador, luego que las autoridades policiales de ese país irrumpieron (un día antes) a las instalaciones de la Embajada de México, en Quito, para arrestar al expresidente ecuatoriano Jorge Glas, quien residía en la sede mexicana desde diciembre del 2023.
Glas es acusado de corrupción por las autoridades ecuatorianas, y ese fue el argumento que las autoridades de ese país utilizaron para allanar la Embajada del gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
Dictador Ortega condena a Ecuador, pero sigue violando derechos humanos en Nicaragua
Pese a la «indignación» del régimen de Ortega, la opositora y exilada política Zayda Hernández dijo a Darío Medios Internacional que «el circo orquestado por Daniel Ortega es un acto hipócrita e incoherente con el día a día de su actuar».
«Cada palabra expresada pareciese una auto descripción de su desgobierno. Palabras llenas de falacias e improperios, como son cada uno de los monólogos del dictador Ortega», agregó Hernández, quien afirmó que es imposible olvidar que actos similares ha cometido el régimen, como los ejecutados contra las oficinas de la OEA y el robo de la embajada de Taiwán.
Mientras que la dictadura orteguista ha salido en defensa de Ecuador y de Palestina, en Nicaragua sigue violando los derechos humanos y arremetiendo contra la comunidad internacional.
