José Ramón Sarria Morales, fue un trabajador de la oficina de transporte municipal del ayuntamiento de León, se desempeñaba como “inspector” de las unidades de transporte.
Tenía un salario “mísero”, aunque siempre fue señalado de realizar actos de corrupción en el sector transporte colectivo para sufragar gasto de recreación: entre ellos, visitas a los restaurantes, discotecas y servicios sexuales, según críticos a la dictadura.
“Era en ese entonces, un militante del FSLN, sin preparación académica, pero un buen jefe de turbas. En cada proceso electoral, municipal o nacional, ganaba, puntos con la dictadura, porque organizaba a las pandillas de malhechores en cada barrio y reparto para usarlos como fuerza de choques al llamado de los operadores del orteguismo“.
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Sarria Morales, siempre estuvo detrás de esas “bandas” como jefe de los “escuadrones” de ataques a opositores. Por sus acciones tenebrosas, fue escalando y ganó la confianza de los operadores del orteguismo y lo gratificaron concediéndole un escaño en la Asamblea Nacional.
José Ramón lleva 25 años en la diputación y aprobadas leyes represivas de la dictadura
Ahí ha estado por más de 25 años, junto a la diputada orteguista vitalicia Gladys Báez y Filiberto Rodríguez, sostienen críticos.
El representante del orteguismo, nunca ha estado desvinculado de la actividad funesta de la dictadura, además, ratificado todas las leyes represivas de la dictadura enviada a la Asamblea Nacional bajo el control de los autócratas.
En la rebelión de abril de 2018, jugó un papel “sombrío”, al proporcionar armas a los delincuentes y los convirtió en paramilitares y trabajó en coordinación con la Policía sandinista, para “aplastar” las protestas de los nicaragüenses, que demandaron la salida del poder de los tiranos.
Sarria Morales, es uno de los diputados del orteguismo por el departamento de León, que se ha mantenido oculto durante todos estos años, pero es ardiente defensor de la dictadura.
Sarria Morales: un hombre oscuro y lumpen
Es un hombre tenebroso, que se ha vinculado desde siempre con criminales de los barrios y repartos, a quienes les otorga pequeños aportes económicos para que estén listos para cualquier actividad terrorista.
Según opositores bajo anonimato, el parlamentario sandinista, se ha sabido manejar y no ha sido señalado abiertamente en la prensa independiente, por su complicidad con la dictadura acusada de cometer crímenes de lesa humanidad.
Ramón Sarria Morales, es un legislador que goza de la confianza de Rosario Murillo, por ser un sujeto dispuesto a realizar cualquier acción en defensa del régimen. También, se ha dedicado acumular dinero.
Manifestantes cívicos de León, sostienen que José Ramón Sarria con grupos vandálicos quemaron una vivienda vacía donde anteriormente vivía Verónica Morales, madre del fanático, en el barrio San Felipe de la ciudad de León, para culpar a los opositores de la acción.
De la misma manera, Sarria Morales, es señalado de ser uno de los que participaron en la quema del Centro Universitario de la UNAN, León y otros edificios institucionales para responsabilizar a los líderes opositores de la rebelión de abril de 2018.
Organizó y llevó a paramilitares aplastar protestas cívicas a balazos
De igual forma, Sarria Morales, es cuestionado de haber llevado a paramilitares otros departamentos para aplastar con balas, los tranques, que representaron resistencia cívica de los ciudadanos, indicaron líderes opositores.
Actualmente es el jefe de la turbas en el departamento de León y se coordina con miembros de juventud sandinista 19 de julio para dar cumplimiento a las ordenes procedentes del Carmen.
De la misma manera, ha justificado en los medios de propaganda del régimen el secuestro de obispos y sacerdotes de parte de la dictadura, alegando que los clérigos organizaron el supuesto golpe de Estado.
Sarrias Morales, igual que todos los parlamentarios sandinista no ha rendido información durante más de 25 años, de los fondos que han obtenido de la Asamblea Nacional para ayudas sociales, mantuvo una fuente opositora.