Los bares y restaurantes en Nicaragua son establecimientos donde se ofrecen diferentes tipos de bebidas alcohólicas y bocadillos. Son el destino perfecto para las personas que buscan entrenamiento nocturno y un ambiente festivo.
Entre las ciudades que más proliferan estos servicios están: León, Managua, Granada, Masaya, Chinandega, Matagalpa, donde concurren muchas personas a embriagarse, saborear platillos, escuchar música viva y hasta consumir sustancias alucinógenas.
La Policía sandinista y las alcaldías han autorizado por dondequiera la instalación de bares y restaurantes en las cabeceras departamentales del país, sin ninguna planificación ni control en relación a los horarios de atención al público.
“Las autoridades edilicias y la Policía lo único que les interesa es recibir los pagos por operaciones de los restaurantes, que cierran sus puertas al amanecer y reproducen música con altos decibeles y no les importa el bienestar de los ciudadanos”, manifestaron pobladores de la capital, consultados vía telefónica.
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Por ejemplo, en el centro de la ciudad de León, están instalados en la “Zona Rosa” bares, restaurantes y discotecas, donde se vende licor durante todas las noches y las madrugadas y con músicas viva; cierran operaciones a las dos o tres de la mañana.
Bares son sitios de alto consumo de licor y trifulcas
En estos negocios se han producido riñas a gran escala entre personas ebrias, muchas de ella, han resultados lesionadas e incluso, una persona murió tras recibir tremenda paliza de hombres y mujeres violentas. Los usuarios de estos sitios salen completamente ebrias y muchos de ellos, son motorizados, que provocan accidentes de tránsito en las vías, afirmaron pobladores de la ciudad colonial.
Los vecinos de la “zona rosa”, tienen que soportar actividad nocturna de las cantinas abiertas, todos los días, situación que se agrava los fines de semana, cuando hay mayor afluencia” de tomadores y orquestas amenizando fiestas, enunciaron.
Igualmente, varios pobladores de Managua, afirmaron que en la capital es peor, los bares no tienen límites, no hay inspección de la Policía orteguista, tampoco de la comuna.
Régimen trata de ocultar grave crisis migratoria de Nicaragua
En ese sentido, conversamos con la abogada y opositora al régimen de los Ortega- Murillo, Alexa Zamora, que aseguró que la dictadura sandinista ha dado apertura masiva a los bares y restaurantes en la nación, para mantener una “falsa apariencia” de normalidad ante la grave crisis sociopolítica que enfrenta Nicaragua.
“Los Ortega- Murillo, intentan, justificar inútilmente, la enorme migración de nicaragüense a países centroamericanos, Latinoamérica y el mundo, por la falta de empleos y por la represión”, destacó Zamora.
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Determinó, la proliferación y forma desorganizada y con poco control de bares y restaurantes en León y otras ciudades de Nicaragua, afectan la calidad de vida de los habitantes.
“Los permisos de operaciones de estos negocios no toman en cuenta donde van a estar ubicados y afectan a los ciudadanos de barrios y residenciales, porque están cerca de la zonas comercial”, mantuvo.
Pueblo busca diversiones o consumo de licor para salir del “estrés” provocado por la represión de la dictadura
Mientras un experto en comunicación dijo a Dariomedios Internacional bajo condición de anonimato, que en psicología se denomina “escapismo” a la búsqueda de diversiones o al consumo de alcohol o drogas para salir de una situación “estresante” o “depresiva”, buscar como escapar de las angustias o preocupaciones mediante el uso de estimulantes.
Señaló que en las dictaduras con fuerte control social, dificultades económicas, separación de las familias por la migración y donde se ha perdido la fe en el futuro o la esperanza de un cambio es “típico” el incremento del consumo del alcohol, de las fiestas, de las diversiones con proliferación de reuniones en bares o restaurantes para tratar de olvidar los pensamientos negativos.
“Esa condición psicológica de la población que le hace perder el sentido de la vida se ve reflejada en el incremento de cantinas y locales de diversión y fiesta que se aprecian abarrotados de gente, pero que son la consecuencia de una profunda crisis social provocada por un régimen que acoso a los ciudadanos que tratan de huir y no encuentran una salida, cayendo en el uso de “mecanismos de defensa psicológica” como los descritos, sostuvo el especialista.