Con lágrimas en los ojos y voz entrecortada el joven estudiante Gender Ananías Sotelo, anunció la tarde el 16 de octubre de este año, que iniciaría una huelga de hambre en la Dirección General de Migración y Extranjería de Costa Rica, como una forma de protesta pues todavía no le emiten la resolución definitiva de su condición de refugiado.
La huelga al final no se concretó, porque a las 2 de la tarde se retiró de las oficinas con la promesa de una respuesta.
En una transmisión en su cuenta de Facebook, el nicaragüense denunció ese mismo día de la advertencia que le hicieron sobre que llamarían a la policía si iniciaba la huelga.
“Estoy ejerciendo mi derecho a la libre protesta y vine a solicitar información sobre mi propio caso” y responsabilizó a la unidad de refugio de migración.
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Esta situación evidencia los miles de casos de refugio que aún siguen en el limbo después de varios años y que el gobierno tico parece no dar prioridad, pese a la ayuda internacional recibida para proveer soluciones a los migrantes refugiados, según comentó el analista político Vladimir de la Cruz.
¿Quién es realmente este joven refugiado?
Gender Ananías Sotelo Vargas, tiene 26 años. Migró en el 2018 a Costa Rica, a la edad de 21 años.
“Vine solo, en compañía de amistades. En Nicaragua estudiaba el 5to año de la carrera de Medicina y Cirugía en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN Managua)”, expresó el joven a Darío Medios.
Según Gender, ingresó a la Universidad de Costa Rica en el año 2020, a la Escuela de Salud Pública. En 2021, con un promedio de excelencia académica, concursó por una segunda carrera e ingresó a la Escuela de Ciencias Políticas, igualmente en la UCR.
“Actualmente, cuento con beca de excelencia académica y soy asistente de docencia e investigación en ambas Escuelas. Soy vicepresidente de la Asociación de Estudiantes de la Escuela de Salud Pública”, explicó Gender Sotelo
Gender es un estudiante sobresaliente que quiere seguir superándose
De acuerdo a Gender este año, la Universidad de Costa Rica le otorgó una beca completa para cursar un intercambio académico de un semestre en la Universidad Carlos III de Madrid, España.
La beca está orientada a fortalecer sus conocimientos en el área de la salud pública y las ciencias sociales, además de la posibilidad de cursar asignaturas enfocadas a los derechos humanos en los procesos migratorios.
Sin embargo, “a pesar de que solicité refugio desde agosto del 2018 y realicé mi entrevista de elegibilidad en enero del 2021, hasta este momento, la Unidad de Refugio no me ha dado respuesta sobre una resolución firme con respecto a mi caso, lo que supone una limitante para poder realizar el intercambio y vulnera mi derecho a la educación, al no poder aprovechar esta oportunidad educativa”, denunció.
Ante esa situación difícil, Sotelo interpuso un recurso de amparo administrativo el 01 de agosto de este año, pero tampoco ha obtenido respuesta.
Su ejemplo deja en evidencia que Costa Rica no está preparada para brindar servicios especiales a este tipo de casos, pese a que el gobierno tico ha recibido millones de dólares para ayudar a los migrantes solicitantes de refugio. Y en muchos casos, los refugiados reciben malos tratos, sin victimas también de xenofobia y se enfrentan a largas esperas en lo que aprobación de sus casos se refiere.
