“El que es loro en cualquier árbol es verde”, reza el refrán que se cumple en los nicaragüenses que han vencido el miedo al fracaso y emprendido sus propios negocios en Costa Rica.
Tal es el caso de Eveling Morales, quien aprovecha al máximo su pasión por la cocina. Por eso instaló su propio negocio de comida fuera de su casa en San José, Costa Rica, donde vive exiliada desde hace 5 años.
Luego, las ventas aumentaron y decidió dar el siguiente y gran paso, rentar un local céntrico al que le puso por nombre : Eve’s gourmet.
Otra idea de negocio que vio la luz es La Gigantona, el nombre del emprendimiento de la periodista Nydia Elisa Monterrey. Aquí se puede degustar de la gastronomía nicaragüense.
Para la comunicadora, este es un sueño hecho realidad, además cuenta con el apoyo de su familia por lo que se puede decir que este es un negocio familiar.
Con este emprendimiento de La Gigantona, Nydia y su familiares pretenden acercar un poco más a las personas que se encuentran en el exilio en cuanto a degustar la sazón de los diferentes platillos y bebidas nicaragüenses y no solamente en gastronomía, si no también en lo cultural, en identidad y sobre todo, “que se pueden sentir en un espacio ameno”, expresó Nydia.
El pasado 21 de septiembre se inauguró el local en Zapote, San José, cerca de casa presidencial.
En tanto, otra historia similar es la del nicaragüense Roberto Martínez, periodista de 29 años que también se instaló en 2018 en Costa Rica.
Una vez ahí, comenzó a trabajar en restaurantes y pudo ahorrar para poner una cafetería en Alajuela, una zona de mucho movimiento local y actividad turística.
Fuerza nica empuja economía tica
Estos tres emprendedores son parte de los más de 200 mil nicaragüenses exiliados que representan una importante fuerza laboral en varios sectores de Costa Rica.
De acuerdo con la socióloga Elvira Cuadras, directora del Cetcam, cerca de un 10 % de la población de Costa Rica es inmigrante, en su mayoría nicaragüenses.
«Los nicaragüenses usualmente desempeñan una serie de trabajos o de empleos que los costarricenses ya no realizan, y una característica del grupo que está llegando de 2018 para acá es que, a diferencia de los anteriores, que tenía niveles académicos un poco más bajos, este es un grupo que tiene estudios superiores y técnicos también», explicó la socióloga.
Sin duda, los nicaragüenses siguen aplicando en sus vidas el famoso dicho de “camarón que se duerme, se lo lleva corriente”, y ellos no se duermen en sus laureles, pues día tras día se levantan con la frente en alto y la esperanza puesta en Dios de que saldrán siempre adelante gracias al fruto de sus trabajos.