Hace muchos años, los cronistas deportivos hablaban de Pedro Selva resaltando sus hazañas como bateador de gran poder y largo alcance. Recuerdo las narraciones de los comentaristas describiéndolo como un jugador educado, noble, respetado y disciplinado, a quien la crónica y los árbitros llamaban el caballero del béisbol. Pedro Selva, además de ser una “gloria del deporte rey”, fue un ejemplo de vida debido a su rectitud, trato amable y pasión por el deporte.

Indudablemente, Pedro Selva es el bateador más eficaz en la historia del béisbol nicaragüense, destacando por su capacidad y fortaleza para enviar la pelota lejos. Es considerado un ícono del béisbol nacional desde su arribo, demostrando ser un temible bateador al conquistar el liderato de jonrones en los campeonatos caraceños. En 1969, en la Liga Interdepartamental “Luis Somoza”, conectó un largo jonrón, y en la Liga “Paco Soriano” del mismo año, le conectó un jonrón al estelar Juan Oviedo. En 1970, en los Campeonatos de Primera División, jugó 60 partidos, conectando 4 jonrones y promediando .234 según la crónica nicaragüense.

Las estadísticas de Pedro Selva son para la eternidad. En 1971, obtuvo su primer Triple Corona de bateo, de las cuatro que consiguió en su brillante carrera, bateando 16 jonrones y 50 carreras impulsadas. Logró su segunda Triple Corona en 1972, con 15 jonrones y 55 impulsadas; la tercera en 1973, con 16 jonrones y 50 impulsadas; y la cuarta en 1975, con un porcentaje de .346, 28 jonrones y 84 impulsadas. En 1976, estuvo a punto de conseguir su quinta Triple Corona, conectando 25 jonrones, impulsando 84 carreras y bateando .364, pero el Chinandega no se presentó a jugar el partido final de la temporada, privando a Selva de hacer un último intento por destronar a Juárez.

Pedro Selva jugó tres series mundiales, siendo determinante para Nicaragua. En 1971, 1972 y 1973, los nicaragüenses obtuvieron dos subcampeonatos y un loable tercer lugar.

En 1975, participó en la Selección Nacional en la Copa de Béisbol celebrada en Canadá, donde contribuyó al equipo ganando la Medalla de Bronce al conectar un jonrón. Ese mismo año, la Academia de Cronistas Deportivos de Nicaragua le otorgó la “Medalla de la Fama”.

En 1977, a pesar de enfrentar problemas de salud, Selva fue sublíder en jonrones, retomando el liderato en los dos años siguientes. Se retiró como jugador activo en 1979 debido a problemas económicos y falta de apoyo de la Directiva del Equipo Carazo.

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Pedro Selva: el jonronero de cuatro Triples Coronas de bateo 2

En 1982, fue contratado por la Federación Hondureña de Béisbol Aficionado como profesor de pequeñas ligas, y también se desempeñó como Manager y jugador activo, obteniendo resultados trascendentales en sus últimos roles. En 1987, participó en el Seminario de Capacitación para Entrenadores en Honduras, donde recibió distinciones por sus virtudes como atleta del béisbol.

Retornó a Nicaragua en 1990 y fue entrenador de bateo de los equipos “Carazo” y “Dantos” de Primera División hasta 1991. Lamentablemente, su salud se deterioró y se retiró del béisbol. Ingresó al Salón de la Fama del Deporte Nicaragüense el 9 de febrero de 1995.

La crónica deportiva nicaragüense aseguró que Pedro Selva es único en su clase, siendo el único pelotero que conquistó cuatro Triples Coronas de bateo y estuvo cerca de lograr una quinta.

Pedro Selva es considerado el bateador más grande de todos los tiempos del béisbol nacional, según el periodista y cronista deportivo Edgar Rodríguez. En solo diez temporadas en Primera División, logró cifras impactantes, y a pesar de más de 43 años desde su última vez en un partido y más de 24 años desde su fallecimiento, su recuerdo sigue firme y su legado impresiona.

El “Caballero del Béisbol”, “El Bambino”, Pedro Selva falleció en 1998, enfermo y abandonado por las autoridades deportivas. Aunque la Asamblea Nacional aprobó una pensión, esta no fue efectiva debido a la supuesta falta de recursos económicos por parte del Estado. Gracias al esfuerzo del cronista deportivo Edgar Tijerino, Selva logró tener una humilde vivienda donde vivió sus últimos tiempos en medio de la pobreza, con el apoyo de sus familiares.