Destierro de jóvenes nicaragüenses los obliga a reinventarse para sobrevivir

El destierro que han tenido que enfrentar decenas de jóvenes nicaragüenses, provocado por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, ha obligado a muchos a reinventarse para poder sobrevivir y salir adelante.

El nueve de febrero del 2023, la dictadura orteguista desterró a 222 exreos políticos, entre los que estaban jóvenes opositores, activistas y universitarios, siendo el mayor destierro que han sufrido la oposición nicaragüenses.

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Uno de los jóvenes a quien la administración Ortega-Murillo los desterró es el exreo político Norlan Cárdenas, originario de Masaya, secuestrado desde el 30 de noviembre de 2019.

El ahora declarado apátrida por Ortega fue condenado por supuestamente ser parte de una banda delincuencial e involucrado en el asesinato de un policía, durante un supuesto operativo para capturar al opositor ya fallecido José Isaías Ugarte, conocido como «Chabelo».

En entrevista con Darío Medio Internacional, Cárdenas señaló lo difícil que ha sido sobrevivir fuera Nicaragua por el destierro que del que ha sido víctima.

«La situación es bastante complicada, porque cuando salís de tu país, pensando en un futuro mejor, ya sabes que vas a dejar a tu familia y completamente sabido a los riesgos que te podés enfrentar, pero en el caso de nosotros —los exreos políticos— nos sacaron a la fuerza de Nicaragua», señaló el desterrado político.

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Para sobrevivir en Estados Unidos, Norlan Cárdenas ha tenido que trabajar medio tiempo en una tienda de bicicletas y realiza trabajos de limpieza en el Estado de Washington. «No estamos para pedir gustos, porque pensamos en nuestras familias que tienen que sobrevivir», dijo el opositor.

A pesar de la nueva vida que le ha tocado emprender desde el destierro, Cárdenas asegura que la demanda de exigir justicia no la ha dejado a un lado. «No me gusta dejar las cosas inclusas, comenzamos estos y lo terminaremos. Todo lo que vivimos es el efecto de una causa justa por la libertad Nicaragua».

Yoel Sandino: «Hay que sobrevivir en el destierro y se realista de lo que se vive en Nicaragua»

A otro que le ha tocado sobrevivir en el destierro es al exsecuestrado político Yoel Sandino Ibarra, quien asegura que pese a que tiene que trabajar para poder salir adelante, no ha dejado el activismo contra la dictadura orteguista, principalmente por medio de la incitativa «Libertad Religiosa Nicaragua», con la que se pretende denunciar de manera nacional e internacional la persecución religiosa que sufren sacerdotes y feligreses.

Actualmente Sandino Ibarra trabaja para una compañía que presta servicios financieros en Estados Unidos, y junto a sus hermanos, que el año pasado llegaron a Estados Unidos, se organizan para poder sufragar los gastos del hogar.

«Tratamos de salir adelante, porque realmente no me dedico exclusivamente al activismo político, sino que trabajo y me mantengo del dinero de mi salario y lo que hago por la libertad religiosa es porque quiero un cambio para mi país», subrayó.

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Además manifestó que es muy difícil adaptarse a una situación diferente a Nicaragua, «pero gracias a Dios me estoy adaptando bastante bien y salir adelante, no dejándome abatir por todo lo que me pasó, sino de superar esos episodios injustos».

Por otra parte, Yoel sostuvo que está consiente que que el régimen de Daniel Ortega se ha venido atornillando en el poder «y actualmente no existen las condiciones ni las fuerzas para moverlo del poder, porque la oposición en el exilio ha hecho lo que ha podido, pero lamentablemente no ha sido suficiente para derrotar a esa dictadura».

Destierro y exilio, un reto para la juventud

Para el opositor Enrique Martínez, vocero de las organizaciones AVANZA y de la Plataforma de Unidad por la Democracia (PUDE), se debe de estar consiente que el exilio y el destierro «representan un reto significativo ara la juventud nicaragüense».

«El reto es mayor para el sector que ha sido golpeado desde el área académica, profesional y económico, así cómo los relacionados con la ruptura familiar», dijo el joven universitario, exiliado en Costa Rica.

.Agregó, además, que los jóvenes que llegan a países que tienen otra dinámica distinta a Nicaragua «complica demasiado seguir en la lucha activa en pro de la democracia y liberad de Nicaragua».

«Los jóvenes tiene que sobrellevar la crisis que representa sobrevivir en los países de acogidas, porque tienen que estar enfocados para lograr sus metas, especialmente para los que está estudiando alguna carrera», remarcó.

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Según el último informe del Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más, desde el 2018 hasta la fecha, la represión de Ortega ha obligado a más de 600 mil nicaragüense a exiliarse, número que ha ido incrementando por los nuevos destierro y exilio forzados que muchas personas han sido obligadas, donde los más afectados han sido los jóvenes.

Según Martínez, dentro de la misma oposición nicaragüense «hace falta el reconocimiento del sobresfuerzo que hace la juventud para mantenerse en política, más bien hay una sobrecarga de las capacidades que se pueden dar, porque los chavalos que se mantienen es porque han sabido sobrevivir, pero otros están desilusionados».