El reciente secuestro de Monseñor Carlos Aviles es considerado por la investigadora y experta en temas religiosos Martha Patricia Molina, como una “situación grave” debido su estado de salud y sus padecimientos crónicos. Con el secuestro de Monseñor Aviles suman ya cinco religiosos detenidos: Dos obispos y tres sacerdotes según el conteo de Molina.

Así mismo, la investigadora y autora del informe “Nicaragua: ¿UNA IGLESIA PERSEGUIDA?” indicó que el régimen está “jugando” con dos opciones: la primera, es que el régimen podría dejar en libertad en las próximas horas a Monseñor Aviles y la segunda posibilidad que ve, es que los Ortega-Murillo están preparando a un grupo de sacerdotes para ser desterrados en los próximos meses.

“Yo considero que dos opciones; que lo dejen en libertad a como ocurrió con e sacerdote Yader Guido de Matagalpa, o que la dictadura esté armando un nuevo grupo de sacerdotes y obispos que vallan al destierro, a Roma o a algún otro país y yo apunto más a esta segunda posibilidad”, argumentó Molina.

Régimen quiere reducir el catolicismo

Con esto, aseguró que el objetivo es sacar intimidar y reducir al mínimo la iglesia católica e incluso, eliminar toda expresión cultural ligada a la fe religiosa dentro de las tradiciones de las y los nicaragüenses, quienes desde hace varias décadas han mantenido sus tradiciones intactas y en acompañamiento con la fe religiosa.

Por otro lado, DaríoMedios consultó a una fuente ligada a la Arquidiócesis sobre estos últimos secuestros de sacerdotes, y señalaron que se encuentran muy preocupados por la situación, la cual ya ha dejado a varios desterrados y secuestrados en los sistemas penitenciarios del país. Nos mantenemos orando, esa es la única arma que tiene el cristiano”, dijo la fuente bajo estricto anonimato.

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Así mismo detalló que estas plegarias son permanentes, no solo por Monseñor Avilés y Monseñor Rolando Álvarez, sino, también por el resto de sacerdotes secuestrados por la dictadura. “Estamos esperando que la dictadura que se toque el corazón y los deje en libertad porque no son ningunos delincuentes”, Expresó la fuente.

Al preguntarle se estaban tomando alguna medida ante esta brutal arremetida del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo contra la fe católica, respondieron que no están tomando ninguna acción al respecto y que se encuentran completamente bajo la indefensión. “La oración es nuestra mejor defensa” detalló.

Una iglesia a la medida de los Ortega-Murillo

El pasado cinco de diciembre, el Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más (CDHNN+), presentó un informe donde se detalla que la dictadura familiar Ortega-Murillo, ha estado ejecutando una estrategia que responde al control total del Estado de las festividades católicas-populares para que estas se transformen en un “instrumento de propaganda”.

Así mismo, los defensores de derechos humanos señalaron que el ahogamiento financiero y operativo ha sido la principal agresión en contra de la institución religiosa, precisando que el inicio de estas medidas represivas contra la libertad de culto inició con el congelamiento de las cuentas bancarias de diferentes diócesis del país, al mismo tiempo que se iniciaba un proceso investigativo contra el clero católico por supuesto lavado de dinero.

“En este 2023 han apuntado a este ahogamiento y esto inició con el congelamiento de las cuentas bancarias de las diócesis en todo el país. Pese a que existe este congelamiento de sus cuentas bancarias, han comenzado a realizar amenazas de cobros de impuestos exagerados y el aumento del precio de los servicios básicos de agua, luz, telefonía en estas Diócesis (…) Esto agrede el estado financiero de la iglesia”, señaló el abogado Yader Valdivia miembro del colectivo.

Valdivia enfatizó que las actividades religiosas han sido usurpadas por operadores del régimen como la policía, fanáticos del FSLN y paramilitares. Un ejemplo de esto fue la celebración de Santo Domingo de Guzmán, que según Valdivia, más que un resguardo, lo que se ejecuto fue una especie de “espionaje” a los devotos que acompañaban al santo por las calles de Managua.

Con lo anterior, la dictadura está buscando como quitarle “fortaleza capacidad y cobertura” a la iglesia en Nicaragua y así construir una institución religiosa a su medida y controlar totalmente todo en torno a las creencias ciudadana, una apuesta que ya está en marcha.