Han pasado casi seis años desde que el periodista Alfonso Malespín de 26 años llegó al exilio en Costa Rica, esto debido a la persecución política de Daniel Ortega y Rosario Murillo contra la prensa independiente. El joven asegura que su estadía en el país centroamericano ha sido difícil, sobre todo porque es “muy caro”, sumado a un sueldo en dólares que se devalúa por la venta de este a colones.

Según Malespín, todos los días el dólar se devalúa, especialmente este 2023 que su precio se ha mantenido completamente bajo, es decir, según la tasa de cambio, un dólar equivale a 520.419 colones, a comparación de los casi 600 que este costaba cuando arribó a Costa Rica.

A lo anterior se le suma los elevados precios de los insumos básicos del hogar, lo cual le ha llevado a tener hasta tres trabajos; algo desgastante en materia física y de salud mental.

“El dólar en comparación del Colón más bien está bajando. Entonces, eso nos afecta bastante. Yo ya he perdido más de 100 dólares en salario, comparado al poder adquisitivo que tenía hace un año y medio, eso te golpea bastante y en mi caso, eso me llevó a tomar la decisión de abandonar el proyecto en el que estaba anteriormente que era una página informativa, no ganaba lo suficiente”, señaló Malespín.

Pago de medios nicas es muy bajo

El comunicador recalcó que el pago con medios nicaragüenses es demasiado bajo “tomando en cuenta que uno está viviendo en Costa Rica y no en Nicaragua”, lo que lleva a un gasto el triple de costoso a comparación de su patria.

“Lo segundo es que los medios quieren exclusividad y eso no lo pagan y tampoco pagan el tema de la seguridad. Cualquier persona que esté colaborando para medios de comunicación independiente está poniendo su vida en peligro y también la seguridad de su familia”, señaló el joven en el exilio.

Lea más: ENTRE CLANDESTINIDAD Y OTROS OFICIOS, ASÍ SOBREVIVEN PERIODISTAS QUE SE HAN QUEDADO EN NICARAGUA

Por encima de su preocupación económica también ha lidiado con malos tratos, desde subestimar su capacidad intelectual, hasta discriminación por su edad, una especie de “adultismo” por trayectoria, la cual considera que es una marcada y errónea forma de manejar a los colaboradores que hacen posible el funcionamiento de los medios.

“Por encima que es muy complicado ejercer el periodismo hoy en día, mantener la subsistencia con los elevados costos de vida en el exilio y soportar la vida diaria en un país que no es tuyo, se suman los maltratos de algunos jefes. Eso jamás va a contribuir al buen desempeño de un colaborador”, añadió.

Por último, el periodista insistió que ante la situación que es muy difícil para las y los periodistas nicaragüenses, los dueños y directores de medios, deberían de revisar y proponer soluciones para no repetir patrones de abusos y violaciones a los derechos laborales que desde Nicaragua se vienen arrastrando.