La abogada e investigadora nicaragüense, Martha Patricia Molina, dijo que la dictadura de los Ortega – Murillo,  por venganza  y aversión  contra la Iglesia Católica  mantiene recluidos ilegalmente  a  monseñor Rolando Álvarez Lagos y al obispo  Isidoro Mora  obispo de Siuna.

Señaló que también capturó al menos  a ochenta sacerdotes y luego los destierro  del país y al igual que a  83 monjas de  distintas  congregaciones católicas que desarrollaban obras sociales en sus comunidades.

Asimismo este pasado  viernes 22 de diciembre de 2023,  la dictadura de Daniel Ortega,  negó el ingreso al país del presbítero  Marlon Bodán, de la   Diócesis de Granada, cuando  intentó  regresar a Nicaragua  procedente de  Costa Rica,   donde viajó para atender  a su padre quien sufre una enfermedad  terminal.

Además, la dictadura envió a agentes de la Policía capturar    ilegalmente   al Vicario General de la Diócesis de Matagalpa, monseñor Óscar Escoto Salgado. 

“El secuestro del vicario  ocurrió  en menos de 72 horas del arresto ilegal del bispo monseñor Isidoro Mora, el segundo obispo secuestrado por la dictadura  sandinista”, recalcó.

Monseñor Óscar Escoto Salgado, estaba a cargo de la Diócesis de Matagalpa, ante el encarcelamiento inhumano y cruel del obispo Rolando Álvarez Lagos.

Dictadura
Dictadura sandinista rompió récord en la persecución religiosa en Nicaragua 4

“El régimen sandinista condenó a monseñor Álvarez a 26 años de cárcel ilegalmente y por ser la voz profética de los nicaragüenses. Mientras al obispo de Siuna monseñor Isidoro Mora, lo mandó a secuestrar  por decir en su prédica que los obispos y fieles oraban por monseñor Álvarez, destacó.

Determinó  Molina, que al menos 23 religiosos y siete religiosas no lograron entrar al país este  año 2023, por órdenes de los autócratas.

Adicionó  que 31 clérigos  de diferentes diócesis  optaron por  exiliarse ante intimidaciones de muerte y  cárcel por parte de la dictadura orteguista.

El informe titulado “¿Una iglesia perseguida?” revela  que desde 2018 los agresiones a la iglesia católica no han cesado.

“Los sandinistas siempre se han sentido señalados por la iglesia”, indicó Martha Patricia Molina.

“Aunque existen algunas diferencias con respecto a esos primeros años. En ese entonces, no se criminalizaba a los sacerdotes, no se les fabricaban delitos ni se les encarcelaba. Mucho menos se les arrebata la nacionalidad”, reveló.

La iglesia es el único bastión que queda, pues el clero no ha estado dispuesto a lisonjear”, expresa Molina, crítica con Ortega. “Por eso insisten en darle otro golpe para debilitarla. Pero no van a lograr eliminar la fe del pueblo nicaragüense” reiteró.

Sin embargo,  2023 ha sido el más fustigador en la  relación Estado – Iglesia  con  205 casos de acoso y asechanzas”, mantuvo la experta.

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Por su parte el opositor y expatriado político nicaragüense Juan Sebastián Chamorro dijo a Darío Medio Internacional, hay que enfatizar que la persecución religiosa, en particular   de la Iglesia Católica, “no es un fenómeno nuevo”. 

Los gobiernos conservadores expulsaron a los “Jesuitas”.  Mientras la dictadura de José Santos Zelaya confiscó bienes de congregaciones religiosas y prohibió el uso de la vestimenta eclesiástica en lugares públicos.  Persiguió   tenazmente a sacerdotes.

“La dinastía somocista también expulsó algunos sacerdotes, pero también usó una política de aproximación con los obispos. Había religiosos que apoyan abiertamente a Somoza y otros se oponían” destacó. 

Señaló que los sandinistas son los que realmente rompieron todos los récords de persecución religiosa. “Me atrevería a decir en el mundo”.

Pasaran a la historia como un régimen que organizó y fraguó un irrespeto al Santo Papa Juan Pablo II, en abril 1983, “al gritarle consignas en medio de su sermón”. 

Dictadura montó operativo de inteligencia contra monseñor Carballo

Agregó que la dictadura humilló a monseñor Bismarck Carballo; hoy cercano al régimen, pero que en ese momento fue “víctima” de una operación de inteligencia militar. 

Daniel Ortega también ordenó el destierro de monseñor Juan Pablo Vega, vice presidente en ese entonces de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, en1986.

Y posterior provocó ataques contra el Cardenal Miguel Obando y Bravo con quien al final hicieron las “pases”, nombrándolo funcionario público; coordinador de la Comisión de Reconciliación Nacional. 

Ortega no podrá derrotar a la Iglesia Católica

Las consecuencias de toda esa represión contra la Iglesia Católica han generado un repudio internacional. “Creo más bien que Daniel Ortega se ha expuesto con el interés de apoderarse del poder absoluto”. “Ha atacado de manera cruel a la Iglesia” expresó.

Señaló que los resultados que ha obtenido la dictadura son pocos porque la Iglesia está firme y continuará así, como ha pasado en otras dictaduras. 

Estableció que la Iglesia es una voz profética que ha estado en defensa de los más necesitados y por eso Ortega no puede contra el poder que representa la Iglesia, sustentó.

“Las razones por cual considero que la dictadura “acomete” contra la Iglesia es porque la mira como una competencia a su   poder político.  Aunque todos sabemos que la Iglesia tiene una “misión pastoral”, pero el dictador lo ve así”, enfatizó.

Estipuló que la iglesia tiene   organización en todos los municipios del país, con mucha cercanía con la población, con tradiciones y por eso el tirano nunca ha estado conforme con la Iglesia Católica. 

Daniel Ortega sabe que la Iglesia Católica no está a su favor

También sabe del poder que tiene la Iglesia. “Ellos mismo lo vivieron en 1979, como las comunidades eclesiales de base, los párrocos ayudaron en los últimos meses de la insurrección a   canalizar fuerzas espirituales y materiales para lucha contra la dictadura de Somoza.

“Él sabe que es una lucha contra un dictador; además conoce que la Iglesia católica no está a su favor. 

“Por eso hay una mentalidad trastornada que lo hacer ver a la iglesia como un potencial organizador de cualquier tipo de actividad”, reveló Juan Chamorro. 

Por su parte el analista y miembro del Consejo Político de la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB), Héctor Mairena dijo que el año 2023, ha estado caracterizado por la percusión religiosa. 

“Es Preciso recordar que la condena al obispo Rolando Álvarez en febrero de este año, condenado a 26 años de prisión y con aislamiento, tratos crueles e inhumanos  va más allá de las puestas en escenas que ha hecho la dictadura en dos o tres ocasiones”, subrayó. 

Determinó que el régimen en apuros ha mostrado imágenes con salud rebosante y en buenas condiciones de infraestructura al obispo Rolando Álvarez, preso político de Daniel Ortega. Con el intento de lavarse la cara a nivel nacional e internacional y negándose   a dar la libertad a monseñor Álvarez.

La persecución religiosa se expresa los congelamientos de cuentas bancarias y los destierros de sacerdotes y laicos

“La persecución religiosa también se ha expresado en el impedimento de entrada al país de varios sacerdotes y religiosas y en el cierre de las cuentas bancarias de las distintas iglesias católicas y de la propia Conferencia Episcopal.

Además, Ortega y Murillo han prohibido cualquier manifestación religiosa y tiene detenido a periodistas y fieles, por transmitir tradiciones religiosas del pueblo.

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Dictadura sandinista rompió récord en la persecución religiosa en Nicaragua 5

“Las asechanzas religiosas y el asedio a piadosos se han mantenido y eso pone en evidencia   que la dictadura de los Ortega-Murillo es “persecutora” de la Iglesia, así ha sido señalada por los organismos especializados a nivel internacional”. 

Del mismo modo  el modelo totalitario represivo que han instalado intenta acallar cualquier expresión religiosa y como no ha podido silenciar a la Iglesia. Eso le causa temor al régimen, “porque lo que no controla lo reprime o bien lo aniquila”, mantuvo.

A la par   está el silencio total de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, aunque se han empezado a escuchar en las últimas semanas voces desde la Conferencia Episcopal, que desde el lenguaje no directo   condenan la situación. 

Tensiones del régimen y la Iglesia Católica son de vieja data

Las tensiones entre la Iglesia católica y el sandinismo que lidera Ortega son de vieja data. En un principio, las relaciones eran estrechas, porque el clero sirvió de mediador cuando los miembros del Frente Sandinista de Liberación (FSLN) derrocaron en 1979 a la dictadura de Anastasio Somoza y consiguió la liberación de los presos políticos, insistió.

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Pero no duró mucho. A principios de los 80, la Iglesia católica comenzó a denunciar las arbitrariedades de la Junta de Gobierno, presidida por Ortega. Entonces se desataron los ataques. 

Paramilitares y policías realizaron ataque armado a la Iglesia Divina Misericordia

Sin embargo, a partir de 2018, las agresiones a la Iglesia Católica se acrecentaron   desde las primeras acometidas a obispos, sacerdotes y laicos en la basílica de Diriamba.  En Julio de 2018.  Asimismo, a la Iglesia “Divina Misericordia”, semanas después.

“Eso fue un ataque militar. Con militares disparando al templo. Y posterior el atentado cobarde de la imagen venerada de la “Sangre de Cristo”, enfatizó.

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Seguidamente   la exclusión de sacerdotes y monjas de la congregación misionera “María Teresa de Calcuta” y confiscación de la UCA. 

Igualmente, la expulsión del Nuncio Apostólico, monseñor Waldemar Stanislaw Sommertag y el exilio forzado de monseñor Silvio Báez y el encarcelamiento del obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez y otros tantos abusos contra la fe religiosa.