Daniel Ortega recibió ayer lunes las credenciales de 14 nuevos embajadores de España, China, República Dominicana, Bolivia, Cuba, Italia, México, Brasil, Colombia, Honduras, Corea, Abjasia, Irán y Japón, evento que utilizó para decirle a los diplomáticos que para lograr la “Paz” en el mundo hay que enfrentar muchos retos.
Mientras el dictador sostenía el encuentro con el cuerpo de diplomáticos, el Poder Judicial controlado por los sandinistas contralado condenaba a diez años de prisión a siete religiosos, entre ellos, 4 sacerdote, dos seminarista y un camarógrafo, acusados por los presuntos delitos de conspiración y propagación de noticias falsas.
Según Ortega, tiene las mejores intenciones de instituir excelentes relaciones y buscar los puntos de entendimiento, pero puso como condición que para lograr ese propósito “se tienen que retirar las diferencias”.
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Extrañamente al evento no asistió Rosario Murillo, a quien Ortega llamó “copresidente” en un evento público y quién ofrece discursos de animadversión al final de las actividades, en los medios del gobierno.
El dictador embistió a los ex gobernantes de Colombia y justificó la presencia de las FARC (Fuerzas Armadas de Colombia), además, dijo que la victoria del presidente Gustavo Petro abre una conveniencia, en medio del dolor y la muerte que no finalizan y “ese reto es grande para alcanzar la Paz”.
También acusó al Ejército de Colombia y a fuerzas paramilitares de cometer crímenes; aunque omitió que el Ejército de Nicaragua y paramilitares a su servicio, son acusados por los Organismos de Derechos Humanos internacionales de realizar crímenes de lesa humanidad en contra de manifestantes cívicos que demandaron su salida del poder en abril de 2018.
Lo único que Ortega reconoció es que su comunicación con los países sigue siendo “complicada y difícil”, pero aseguró que “hay señales buenas para la Paz en un contexto en América Latina y el Caribe, que está separando las discrepancias ideológicas y políticas, y citó como ejemplo de esas coexistencias de las naciones a la “Celac”.
Por último, y como es su costumbre volvió acometer contra Estados Unidos, a quien le ha negado recibir documentos y la entrada de un nuevo embajador estadounidense en Nicaragua, también dirigió sus ataques contra la Organización de Naciones Unidas (ONU) de quien dijo no juega ninguna función en el mundo y que solo sirve para derrochar dinero.