La población nicaragüense vive sumergida desde hace más de seis años en una grave crisis política y social, que impacta en la calidad de los servicios públicos de salud, hasta el día de hoy, sostienen líderes de organizaciones médicas desde el anonimato.

Sumaron, que el país centroamericano tiene un deficiente sistema de atención médica, con falta de equipamientos, medicinas y con una larga lista de pacientes en espera para ser atendidos por especialistas en los hospitales, o para intervenciones quirúrgicas.

Agregaron, en conversación con DaríoMedios Internacional que las y los pacientes tienen que esperar hasta tres o cuatro meses para poder ser operados por distintos padecimientos, por falta de quirófanos, médicos especialistas y exámenes clínicos con el diagnóstico más exacto posible.

Nicaragua es un país con más de seis millones y medio de personas, donde un 24.9 % de la población sufre pobreza y un 6.9 % pobreza extrema. A esta situación se suman la falta de voluntad política del régimen para asignar recursos suficientes para el sector salud.

“Es fundamental, mejorar el acceso y la calidad de los servicios básicos de salud, particularmente en la promoción de la salud de la mujer y de la niñez, la seguridad alimentaria y nutricional”, refirieron.

Régimen eliminó participación comunitaria en los temas de salud

También, según reportes, la vigilancia epidemiológica, así como en el acceso a medicamentos esenciales y su uso racional, pero también la organización comunitaria y la atención de emergencia, y hasta la rehabilitación en crisis humanitarias, son situaciones estancadas o en deterioro.

Por otro lado, el régimen sandinista ha eliminado en las comunidades a líderes de salud, sobre todo aquellos que no están bajo su control, y ha impuesto una política centralizada de atención médica en los puestos de salud y hospitales públicos.

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Los dirigentes del sector salud indican que Nicaragua no dispone de un sistema nacional de salud de cobertura completa y su presupuesto se ha reducido en relación al Producto Interno Bruto (PIB) en los últimos años. Las limitaciones limitan la cobertura y la calidad de la atención, que afecta a la población más pobre de las zonas rurales “por la distancia de las unidades de salud.

Recalcaron,   la reducida cobertura de servicios institucionales, el bajo nivel de ingreso familiar y el alto costo de servicios privados, especialmente en  las regiones autónomas de la nación, son factores que  quebrantan la  salud de los nicaragüenses.  

A esta problemática se adicionan otros factores: acceso geográfico, las características socio-culturales propias de cada zona, el idioma y los factores medioambientales.

Crecen enfermedades crónicas y degenerativas

Las fuentes consultadas por este medio determinaron, en cuanto a enfermedades, que “las de procedimiento sencillo como las respiratorias y diarreicas se han reducido, sin embargo, están entre las primordiales causas de muerte en la niñez”.

De la misma manera, están aumentando los padecimientos crónicos y degenerativos, singularidades de la tercera edad, con un ligero incremento en la esperanza de vida, estimada más o menos entre 60 años para las mujeres y 70 para los hombres.

El régimen sandinista cerró  organizaciones que trabajaban temas de salud sexual y reproductiva, así como sobre la prevención, lo que ha dado lugar al aumento de los embarazos tempranos y enfermedades de transmisión sexual.

La desnutrición crónica total, que había disminuido entre 1998 y 2012 a un 23 %, se ha agravado de nuevo por la crisis sanitaria producida por la recién finalizada pandemia de Covid-19, por los huracanes Eta y Iota, y por la crisis múltiple que vive el país.

La población con escasos recursos económicos, que no tiene otra alternativa más que ir a las unidades de salud públicas en busca de atención médica que rara vez encuentran con calidad y calidez, manifiestan que tienen que esperar muchas horas para ser examinados por los galenos, y luego para recibir medicamentos, de mala calidad, en caso de que los fármacos estén en el hospital, de lo contrario deben ser costeados por las y los pacientes.

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INIDE: MINSA dispone de 10 camas por cada 10,000 mil habitantes

Según el Instituto Nacional de Información de Desarrollo (INIDE), la población de Nicaragua, para el año 2023, era de exactamente 6,803,888 habitantes, para una densidad poblacional de 57 habitantes por kilómetro cuadrado. Y por cada 10,000 habitantes hay 10 camas hospitalarias, nueve médicos, ocho enfermeras, nueve auxiliares de enfermería y nueve técnicos de la salud.

La red de unidades de salud pública a nivel nacional cuenta con 76 hospitales, 142 centros de salud, 1,426 puestos de salud, 182 casas maternas con 2,403 camas, 101 casas para personas con necesidades especiales y 16 centros especializados, según INIDE.

Entre esta red se encuentran: el Centro Nacional de Cardiocirugía Pediátrico, Centro Nacional de Audiología y Logopedia, Centro Nacional de Diabetes, Centro Oncológico de Quimioterapia y Cuidados Paliativos, y los centros Benjamín Medina y Valentín Méndez, para la atención de personas con adicciones.

Para el traslado de pacientes, a nivel nacional se cuenta con 480 ambulancias terrestres y 15 ambulancias acuáticas, y para la atención de las personas y las familias que viven en zonas de difícil acceso se dispone de 80 clínicas móviles.

Mientras tanto, tres opositores al régimen de Daniel Ortega dijeron a este medio que los puestos de salud muchas veces solo tienen un equipo para tomar la presión arterial, y en comunidades muy remotas no tienen ni eso, lo que pone en riesgo la vida de cientos, todos los días. Tampoco disponen ni siquiera de analgésicos, y por lo general los médicos envían a los familiares de los pacientes a comprar las medicinas a las farmacias privadas.