Organización evangélica se alinea al régimen de Ortega y afirma que en Nicaragua hay libertad religiosa

En un acto de sometimiento, lealtad y fidelidad al régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, Conferencia Evangélica Pentecostés de las Asambleas de Dios de Nicaragua afirma que en el país hay libertad religiosa.

Contrario a las denuncias y pruebas de que en el país no hay libertad de culto, la organización cristiana asegura que «cada ciudadano es libre en el ejercicio de su fe».

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«(…) queremos expresar públicamente que en Nicaragua existe plena libertad de culto, cada ciudadano es libre en el ejercicio de su fe, sin discriminación; en los templos se realizan las celebraciones de cultos, la predicación del Evangelio y actividades de índole religiosa», afirmó la Conferencia Evangélica, olvidando que en las fiestas de Semana Santa a ninguna iglesia evangélica se le permitió realizar actividades fuera de los templos.

Aunque lo menos que existe en Nicaragua es libertad religiosa, la organización dice valorar «el clima de respeto y tolerancia que impera en nuestra sociedad, permitiendo que cada individuo pueda profesar su fe de acuerdo con sus creencias y convicciones personales».

Además, y en clara sumisión y fidelidad a la administración Ortega-Murillo, los miembros de CEPENAD aseveran que se reconoce «el compromiso del Gobierno de Nicaragua de garantizar la libertad religiosa y el respeto a la diversidad de credos presentes en nuestro país».

«Instamos a cada la población a seguir promoviendo la convivencia pacifica y el respeto mutuo entre todas las comunidades religiosas, fomentando la unidad en la diversidad y cultivando la fraternidad entre hermanos de distintas creencias«, concluyó el comunicado, con fecha del 17 de abril y firmado por Roberto Moya Rojas, secretario nacional de la organización religiosa.

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Tras estas declaraciones, el periodista deportivo y exreo político Miguel Mendoza señaló que el apoyo al dictador Ortega se da «justo cuando el régimen ha desatado persecución a los propios evangélicos y hasta les ha prohibido sacar la bandera de Israel».

Desde el 2022, la dictadura de Ortega arreció su «guerra», no solo contra la Iglesia católica, sino también contra la evangélica, cerrándoles organizaciones, apresando a sus líderes y obstaculizando toda libertad religiosa.