La opositora Brenda Lee Baldelomar, de 48 años, originaria del departamento de Chinandega, cumple este miércoles, 17 de abril, un año de ser presa política del régimen de Daniel Ortega.
El secuestro de la ciudadana, ejecutado por la Policía orteguista en una de las calles de la colonia Roberto González, en la ciudad del occidente de Nicaragua, sucedió en el contexto de la conmemoración de los cinco años de rebelión cívica del 2018.
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Actualmente está cautiva una de las celdas del Sistema Penitenciario, conocido como «La Esperanza», en Tipitapa, luego de que fue condenada por supuestos delitos que la justicia orteguista no hizo público.
En todos estos meses de cautiverio, fuentes del penal han revelado que la rea política y exmiembro del Partido Liberal Constitucionalista (PLC) se encuentra mal de salud y sin recibir una atención médica adecuada.
«Es indignante que a la salud de la presa política Brenda Lee Baldelomar no se le esté dando prioridad. Hasta el día de hoy no le han realizado exámenes para saber el origen del empeoramiento en su alud», señaló otra fuente cercana a la familia de la prisionera política.
Responsabilizan a la dictadura de Ortega por estado de salud de Brenda Lee Baldelomar
Otra fuente consultada por Darío Medios Internacional subrayó que «es indignante que este régimen actúe de forma cruel e inhumana en contra de las y los prisioneros políticos, solo porque han pensado diferente a su autoritarismo y han demandando la libertad de Nicaragua».
Tras la negativa de la dictadura orteguista de priorizar la salud de la rea política, amistades de Baldelomar afirmaron que ante un desenlace fatal, será responsabilidad de «los verdugos del penal».
«El gobierno dictatorial de Daniel Ortega y Rosario Murillo son los únicos responsables de las muertes de reos políticos y también tendrán responsabilidad de futuras muertes, por no respetarles sus derechos», afirmaron.
Aunque antes del 2018, Brenda Lee Baldelomar estuvo fuera de toda actividad política, no dudó en sumarse a las protestas sociales de hace seis años en Nicaragua, lo que la llevó a ser blanco del dictadura orteguista, quien no ha dado muestras de querer liberarla.