Doña Margine Blandón, está mal de salud, mientras no halla qué hacer y se siente desesperada porque desde hace un año y tres meses no ve a su hijo, el preso político de Nicaragua Jaime Enrique Navarrete Blandón, quien fue secuestrado por primera vez en 2018 y condenado a 24 años de prisión por participar de las protestas antigubernamentales en este país centroamericano.
Salió en libertad en junio de 2019 bajo la polémica Ley de Amnistía, pero julio de ese mismo año fue recapturado y esta vez lo acusaron por delitos relacionados con drogas, y en febrero de 2021 lo circunscribieron a un delito común y desde estos largos seis años su madre ha vivido todo un calvario.
Sin alimentos y amenazado por un reo común
La señora a través de una denuncia pública, explicó que en el sistema penitenciario La Modelo de Tipitapa, donde su hijo se encuentra junto a reos comunes, no ha recibido su paquetería que corresponde recibir cada martes y una visita cada mes
“Jaime lleva ocho semanas sin recibir sus alimentos y cosas personales que son primordiales para su salud, según información que me dan, mi hijo se encuentra mal, desesperado, desorientado de no recibir sus alimentos ni noticias de su madre. De igual manera aprovecho para denunciar que hay un preso común que lo vive hostigando y amenazando, esto es una injusticia más”, aseguró la señora.
Aseguró que ella está mal de salud y que no quiere morir y dejar a su hijo solo, de igual forma acusó formalmente a la dictadura Ortega- Murillo si ella empeora físicamente, porque lo único que hacia su hijo era vender comida en un quiosco y tenía la ilusión de poner un restaurante mexicano-nicaragüense en este país centroamericano, pero ahora está en condiciones deplorables.
Ejemplo de crueldad contra los reos políticos en Nicaragua
Sobre este caso, el abogado, exiliado y desnacionalizado Danny Ramírez- Ayérdiz, Secretario ejecutivo del Centro de Asistencia Legal Interamericano en Derechos Humanos (CALIDH), aseguró a Dario Medios Internacional, que el de Navarrete es uno de los más crueles de la dictadura en Nicaragua, y que ya cumplió su condena el año pasado, por lo que está recluido de forma ilegal debido a que la Constitución nicaragüense establece que “nadie puede ser recluido por motivos de ley”, por lo que la saña de no liberarlo es para extender el sufrimiento de él y de su madre.
“Y con la situación de que no le pasan sus medicinas y alimentos, eso también viola la Constitución porque estipula que el régimen carcelario en Nicaragua tiene un carácter humanitario y esto incluye buen trato al privado de libertad y la asistencia médica, constante, oportuna y especializada, y si a ese muchacho le pasa algo por el empeoramiento de su salud, será responsabilidad del Estado de Nicaragua”, expuso Ramírez- Ayérdiz.
Lamentó que en Nicaragua ningún recurso funciona para proteger los derechos para los perseguidos políticos, y que el caso de Navarrete es una radiografía viva de lo que atraviesan los presos políticos en este país centroamericano.