ACAN/EFE

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Por primera vez en 60 años, los vestidos no fueron lo más comentado de la alfombra roja de los Grammy y las rosas blancas que lucieron las estrellas en apoyo al movimiento #MeToo, de rechazo al acoso sexual, les robaron el protagonismo.

La idea surgió de forma improvisada hace unos días, cuando dos ejecutivas de la industria discográfica vieron que se acercaba la gran noche de la música y no había ningún plan para apoyar a las mujeres que durante el último año alzaron su voz contra el acoso.