Existen más de 300 Comisarías de la Mujer en toda Nicaragua, pero lo único que hacen “es coleccionar las denuncias y hacer caso omiso a la violencia desatada contra las mujeres nicaragüenses”, afirman organizaciones feministas y de defensa a los derechos de las mujeres.
Y aunque la sancionada vicepresidenta del régimen sandinista Rosario Murillo se lamente de los femicidios en el el territorio nacional, lo cierto es que guarda silencio al momento de señalar la incapacidad de la Policía en estos casos que van en aumento alarmante.
Al contrario, Murillo prefirió justificar la incapacidad de la Policía a la hora de atender denuncias de mujeres al alegar esta semana que, en Nicaragua existe “una cultura violenta que no se puede cambiar en pocos años”, pero que tiene la obligación de hacer “cambios indispensables”, dejando en claro que las cartillas creadas en septiembre pasado para fomentar el respeto a las mujeres no están dando resultados.
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“Estamos trabajando para un plan especial desde el Instituto de la Mujer, desde las Comisarías de la Mujer, para ver cómo incidimos más en la vida cotidiana; nos denigran a todos y nos degradan a todos”, expresó Murillo el miércoles en su acostumbrada alocución, mientras el mes de mayo se tiñó de sangre con la muerte al menos 8 mujeres a manos de hombres desalmados.
Es más, el comisionado Jaime Vanegas se atrevió a decir que total de 12 mil 317 madres de familias de los 153 municipios de Nicaragua, fueron visitadas por oficiales de las Comisarías de la Mujer que interactuaron a través de 8 mil 468 asambleas comunitarias durante el periodo del 2 al 8 de mayo.
“Costa Rica no se ha quedado de brazos cruzados ante los femicidios”
Los femicidios se han convertido en el flagelo que azota la vida de las mujeres, quienes se ven más susceptibles ante la ola de violencia contra las ellas, que pone de rodillas a naciones como Costa Rica y Nicaragua.
No obstante, a diferencia de Nicaragua, donde el régimen de Daniel Ortega ha cerrado más de 3 mil organizaciones, entre ellas, varias que velaban por los derechos de las mujeres, Costa Rica ha reaccionado ante esa situación luego del asesinato atroz de la joven madre de 33 años Kimberly Araya quien luego de desaparecer el 18 de abril, su cuerpo fue hallado una semana después en un abismo en Zurquí. Araya era madre de tres menores de edad, quienes pasaron en un primer plano bajo resguardo del PANI.
Hasta la fecha, al menos 14 mujeres han sido asesinadas en Costa Rica en lo que va de 2024, mientras que Nicaragua supera las 35 víctimas en el mismo período.
No obstante, Darío Medios consultó sobre el tema a la socióloga Elvira Cuadra quien explicó que a diferencia de Nicaragua, Costa Rica ha inplementado métodos para salvaguardar la vida de las mujeres.
Comparando las medidas que se toman en otros países para prevenir los femicidios y la violencia contra las mujeres, es importante destacar que en el caso de Nicaragua, “se las ha dejado en condición de total desprotección y vulnerabilidad”, enfatizó Cuadra.
Por ejemplo, el Instituto Nacional de la Mujer Costarricense puso a la disposición un kit de emergencia, el cual cuenta con un aparato con geolocalizador que alerta a las autoridades ante un riesgo inminente de muerte.
El Inamu destacó que desde la implementación del dispositivo, en 2014, el aparato ha servido y salvado vidas de muchas mujeres. Incluso, se han entregado 2,500 aparatos desde el inicio del plan, de éstos, 660 se distribuyeron a las féminas en 2024.
Dató desalentador: El mes de las madres (mayo) registra al menos ocho femicidios en siete días. Es por eso que defensoras de derechos de la mujer aseguran que se necesita más “que discursos y palabras bonitas” para frenar la violencia machista.
De acuerdo con cifras preliminares de organizaciones feministas, en lo que va del año, al menos 37 mujeres han sido asesinadas, siendo marzo, el mes más letal para las féminas con 13 víctimas.
