Nicaragua inicia el 2024 con el primer femicidio. Se trata de Mariluz Arceda Guido de 39 años, originaria de Matagalpa, quien fue asesinada por su ex pareja, quien permanece aún prófugo de la justicia y cuya identidad aún se desconoce según los medios oficiales. Así mismo, tres menores quedan en la orfandad.

En 2023 ocurrieron 50 femicidios lo que para María Teresa Blandón esto significa que en un país de seis millones de habitantes, esta es una tasa “altísima” lo que ha causado una profunda preocupación entre las organizaciones feministas, defensoras de los derechos de las mujeres.

Blandón asegura que las causas están en las bases de la cultura nicaragüense la continúa siendo “profundamente machista y misógina”, no obstante, cree también, que otro de los factores es el modelo del sistema dictatorial que en vez de reducir las brechas de desigualdad, este las ha ensanchado en todos los ámbitos.

“Hay unos grupos de la sociedad que tienen más poder sobre otros, más voz, más recursos y privilegios y que lo sostienen por medio de la violencia. No es solo el femicidio que es el punto final de la violencia que un hombre ejerce contra una mujer, sino también de toda la cadena que alimenta ese desprecio por la vida de las mujeres”, aseguró.

Niñez con concepto distorsionado de género

Así mismo, la activista feminista detalla que toda esa “cadena” inicia desde la infancia, empezando con la socialización de los niños y niñas, hasta luego crecer y desarrollar una idea distorsionada acerca del género y una brecha de desigualdad entre lo que significa ser un hombre y ser una mujer.

Así mismo, la directora del programa feminista “La Corriente”, destacó que contrario a otros países donde los Estados se esfuerzan por educar a la niñez con una organización incluyente entre la sociedad civil y las autoridades de gobierno, en Nicaragua sucede todo lo contrario, porque “es el propio Estado quien se vuelve cómplice y perpetrador y la evidencia son claras”.

“Tenemos una ley 779, que, con todo y sus falencias, pues podría servir para establecer, marcos legales claros, pero la ley ni siquiera se conocen y ni siquiera se utilizan las definiciones con que fue modificada, son sumamente confusas”, reprochó la activista feminista.

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“No existen políticas contra la violencia o femicidios”

Por último, la catedrática recalcó que no existe una política de prevención de la violencia por lo cual, muchos agresores han sido perdonados por la dictadura familiar de Daniel Ortega y Rosario Murillo, convirtiéndose en un peligro para los infantes y las mujeres.

“En Nicaragua no hay refugios para proteger a la víctima de la violencia, machista y de otras formas de violencia (…) no contamos con una voluntad por parte del Estado para enfrentar esta problemática”, dijo la experta, asegurando que abusadores sexuales, femicidas y golpeadores de mujeres quedan en la impunidad.