El conquistador español Andrés Niño, bautizó la provincia como “Puerto de la Posesión” el 27 de febrero de 1522 y lo anexó formalmente a las propiedades de la corona española, como parte de la política invasora occidental. Años más tarde lo llamaron “Puerto de la Posesión en El Realejo” por la fundación de La Villa de El Realejo en 1534 según Don Pedro de Alvarado, gobernador de Guatemala.  

Los primeros asentamientos españoles se ubican en el “Puerto de la Posesión” a finales del siglo XVI y comienzo del XII, tras la llegada de los conquistadores a la provincia de los maribios, una tribu habitada por unos 95 mil indígenas aproximadamente que poblaron los territorios de Mazatega, Abangasca, Troilo, Miaugualpa, Posoltega, Chichigalpa y Sutiaba en el occidente de Nicaragua. 

En este sitio fue construido el primer astillero y la primera aduana del Reino de España en Nicaragua. La extensa capacidad del estero y su estratégica ubicación en el centro del continente americano, lo convirtió en una de las rutas más importantes para hacer escala del transporte naval comercial durante 337 años.  

Cargado de historia 

En este patrimonio natural, también se construyó el convento Santa Clara en los años 1525-1535, que en su interior, guardaba un túnel que utilizaban los españoles como refugio y comunicación. Pero años después, fue blanco de ataques de piratas, y saqueos, y aunque fue reconstruido con el nombre de San Francisco por la orden Franciscana, el 6 de julio de 1855, varios de los ataques e incendios provocados por el filibustero Wililiam Walker, causaron la destrucción de la estructura colonial hasta quedar en ruinas. 

Dichos acontecimientos forzaron a los españoles, a abandonar el pueblo. Desde entonces, El Realejo, dejó de ser el puerto comercial más importante para la colonia española y se transformó en un poblado casi vacío y desértico como si fuera condenado a vivir en pena.

La calidad y la cantidad de los testimonios históricos y arqueológicos son abundantes. Aquí, los habitantes han encontrado dagas, vasijas, ídolos de barro y otras piezas arqueológicas que nos demuestran el intenso afán comercial que sostenía el pueblo indígena. El maravedís, la moneda española acuñada por los reyes católicos llegó a estas tierras en el ajetreo español de saqueo del oro y la madera, y del intenso movimiento comercial posterior en estas tierras americanas, especialmente con el puerto del Callao, Perú.  

El Realejo
Los tiempos de brillo del antiguo astillero de “El Realejo”  3

El astillero colonial, punto de desaduanaje, sede del antiguo “Puerto de la Posesión” y del Corregimiento de El Realejo, fue escenario de la fabricación y mantenimiento de barcos mercantes que atracaban para abastecerse de lona, brea, aparejos y alquitrán. 

El “Burdel de las Pedrarias” 

A cien metros al sur del atracadero se encuentra la denominada Casa de las Margaritas, o el “Burdel de las Pedrarias”, de acuerdo al título de la novela icónica de Ricardo Pasos Marciaq. De acuerdo al autor, la historia recrea el ambiente comercial que había en el Puerto El Realejo (Chinandega) y la conexión que existía entre este punto y lo que hoy se conoce como León Viejo. 

La relación entre la visión del español colonizador, su imagen sobre los aborígenes y el sexo, como uno de los  negocios más lucrativos de los visitantes de la Corona por los años 1530, se abordan en esa novela histórica.   

Patrimonio cultural sumergido  

Hasta hoy los restos prehispánicos de ese patrimonio apenas se conocen. No hay suficientes estudios arqueológicos coloniales, ni inventario de estos bienes. En el sitio solo un edificio, vetusto y mal conservado, ha sido catalogado como Patrimonio Cultural en el pueblo de El Realejo. 

Los arqueólogos, que han investigado en el terreno, sugieren que el Convento San Francisco, debería aplicarse a la antigua iglesia local y a todo el casco urbano del pueblo y sus anexos históricos de carácter portuario. .

El Realejo
Los tiempos de brillo del antiguo astillero de “El Realejo”  4

“Sobre las ruinas del convento, ya no existe como estructura completa. Ruinas mal conservadas, sucias y monótonas. Sin embargo, sus paredes son un patrimonio local como iglesia, pero no está en esa categoría porque no se le ha dado el interés que requiere en la historia colonial de Nicaragua”, explicó uno de los expertos en el tema.  

Lea: ALBERTO LARA EL NICARAGÜENSE QUE ES IMAGEN PROMOCIONAL DE NETFLIX

A pesar de que el Instituto Nicaragüense de Turismo ha incluido a El Realejo dentro de su circuito turístico en la ruta colonial y de los volcanes, no hay mayor difusión de la historia de esta localidad y del emplazamiento correspondiente al antiguo puerto colonial, también abandonado por el Ministerio de Educación y la alcaldía sandinista a pesar de que dentro de sus instalaciones conservan algunos hallazgos arqueológicos de la zona.    

En este pueblo fantasma habitan unas 11,500 personas, pero la imagen de un puerto activo nunca regresó. Los vestigios del pasado se borran, las más representativas son las ruinas de Convento San Francisco, ubicadas a unas cuadras al sur del pequeño parque central.