Luego que la Policía de Ecuador asaltara la embajada de México en este país sudamericano, para sacar al prófugo de la justicia el exvicepresidente ecuatoriano, Jorge Glas, el dictador de Cuba Miguel Díaz-Canel, manifestó su repudio a esta acción y escribió en su cuenta X: “Toda nuestra solidaridad con México, ante la inaceptable violación de su Embajada en Quito. Debe respetarse por todos la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas, que es un componente esencial del Derecho Internacional”.
“Mala memoria” de Díaz-Canel
Sin embargo no se refirió a la acción armada que ejecutó su predecesor el dictador fallecido Fidel Castro, cuando el 21 de febrero de 1981, ordenó a sus policías asaltar la embajada de Ecuador en la Habana para sacar a unos 30 cubanos opositores al régimen castrista que pedían asilo político por ser perseguidos políticos de la dictadura cubana.
En esa ocasión como una medida desesperada por no ser capturados por la sanguinaria dictadura de Fidel Castro, los opositores tomaron como rehén al embajador ecuatoriano Jorge Pérez Concha, para exigirlos asilo político, pero fue imposible porque los policías cubanos entraron violentamente y se llevaron detenidos a los insurgentes.
“La sede diplomática de Ecuador en La Habana estaba ubicada en la calle 36, entre quinta y tercera, en Miramar, a unos dos kilómetros de la Embajada de Perú, donde en 1980 se habían refugiado miles de cubanos, en los sucesos que dieron lugar al éxodo del Mariel”, recordó el medio Martí Noticias.
Aunque en un principio la dictadura cubana había asegurado que no entraría a la sede diplomática sin la venia del gobierno de Ecuador. Sin embargo, el sábado 21 de febrero de 1981, las Tropas Especiales se la tomaron por la fuerza.
El mismo Fidel Castro estuvo al frente de la invasión
“La operación se llevó a cabo a las dos de la madrugada y las fuerzas asaltantes usaron bombas lacrimógenas. Entre un cerco de francotiradores y potentes reflectores se abrieron paso, y violaron esa misma territorialidad que hoy defienden. Unos 20 minutos antes de la intervención, el propio Fidel Castro se había personado al lugar para dar las últimas instrucciones” “, aseguró Martí Noticias.
La irrupción violenta se produjo después de intensas negociaciones y esto diera como fruto la liberación de tres de los rehenes, incluyendo al embajador, asimismo después que el gobierno ecuatoriano manifestara su interés en otorgar asilo a los cubanos, pero no valió para detener a la dictadura cubana.
En esa ocasión Fidel Castro había dicho a la prensa que sus militares habían entrado con la autorización del gobierno de Ecuador, sin embargo Quito desmintió esa afirmación y protestó ante la violación de su soberanía.