Pablo Cuevas, director ejecutivo de la Defensoría Nicaragüense de Derechos Humanos (DNDH), dijo en una entrevista a Darío Medios que la dictadura de Daniel Ortega ya aplicó mano dura a varios policías que han intentado desertar de la institución, la cual es considerada el brazo derecho de Ortega para reprimir a los nicaragüenses.

Cuevas refirió que el caso más reciente, es una denuncia que recibió de que el subcomisionado de la policía identificado como Pablo Martínez activo en el municipio de Rosita en el Caribe Norte, “fue encarcelado y que según el régimen de Ortega es por actos de corrupción, pero lo que se maneja en la zona es que se venía para Estados Unidos”.

El defensor de derechos humanos señaló que ha recibido en un año y medio unas nueve denuncias de expolicías que dejaron la institución porque no estaban de acuerdo con el trato de sus superiores y porque obligaban a reprimir de manera extrema.

Son reprimidos

“Ya no tienen motivación, ya no se sienten agentes, oficiales, ya no se sienten cómodos cada vez se evidencia más que la Policía Nacional de Nicaragua se extinguió y lo que existe es la policía sandinista (…) los policías son represores que pasaron a jugar el papel de reprimidos”, manifestó Cuevas.

Hay que recordar que en julio de este 2023, la Asamblea Nacional aprobó por unanimidad enmiendas a la Constitución Política y a la Ley de la Policía Nacional, en la que eliminan la naturaleza “profesional, apolítica, apartidista, obediente y no deliberante“.

“El personal policial que abandone el servicio, lo que se considera deserción, incurriendo en un perjuicio grave a la seguridad ciudadana, será sancionado con una pena de dos a tres años de prisión”, establece la reforma.

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Cabe mencionar, que la policía y sus más altos mandos han sido sancionados por estar involucrados en crímenes de lesa humanidad contra los nicaragüenses. La entidad ha sido sancionada en 2020 y 2023 por Estados Unidos.