El régimen de Miguel Díaz-Canel, en Cuba, igualó al de su homólogo de Nicaragua, Daniel Ortega, en asedio y persecución religiosa duranta la Semana Santa que acaba de concluir.
En la Semana Mayor, que este año se celebró desde el Sábado, 24 al domingo, 31 de marzo, fue notoria la devoción de miles de religiosos en diferentes partes del mundo, sin embargo, estuvo opacada por agresiones por parte gobiernos autoritarios.
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Al igual que en Nicaragua, donde la dictadura orteguista no tuvo ni un ápice de respeto por la libertad religiosa, prohibiendo 4800 procesiones y desplegando más de cuatro mil agentes policiales, Cuba opacó estas fiestas religiosas en las que se recuerda la muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo.
Siguiendo el ejemplo de la dictadura orteguista, quien no escatimó en recursos para desplegar a sus fuerzas represoras en contra de todas las actividades religiosas, Díaz-Canel ordenó vetar procesiones en distintas localidades del país para evitar que la ola de protestas nacida hace dos semanas en Santiago y Bayamo pudiera repetirse.
Según El Mundo, la represión durante la Semana Santa en Cuba apuntó directamente a las zonas que más preocupan al gobierno tras las protestas de los últimos días.
Prohibiciones religiosas durante Semana Santa, en Cuba
Por su parte, el Observatorio de Derechos Humanos de Cuba (OCDH) reportó prohibiciones o limitaciones en las diócesis de Bayamo, «en una parroquia habanera de El Vedado y en el municipio de Sagua la Grande, en la zona central de la isla».
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Detalló, además, que durante el 2023, el régimen cubano desencadenó 936 actuaciones contra el ejercicio de actividades religiosas en la isla, mismas que este año incrementaron.
Para el investigador en temas religiosos, Leonardo Fernández Otaño, en declaraciones a El Mundo, «el veto a las procesiones evidencia el temor inmediato que tienen a toda expresión no oficial de concentración de ciudadanía, sobre todo la cercana a la Iglesia Católica, uno de los espacios de disidencia, resistencia o crítica al régimen político de La Habana».
Asimismo subrayó que la arremetida del régimen castrista responde «al veto contra sacerdotes y religiosos que han sido críticos con sus homilías y declaraciones en apoyo a la sociedad civil con su labor pastoral».
Pese al nivel represivo, tanto en Cuba como en Nicaragua, un sacerdote, en condición de anonimato, afirmó que la Semana Semana Santa fue un éxito, porque miles de católicos rompieron el cerco de censura y asistieron sin temor a los diferentes templos.