La de los guerrilleros sandinistas, fue una revolución que al final fracasó al caer vencida en las urnas por doña Violeta Barrios de Chamorro en febrero de 1990 con el apoyo del pueblo nicaragüense. Asi es considerada la derrota del sandinismo a la cabeza de Daniel Ortega, que en 1979 había derrocado a la última dinastía de los Somoza con el apoyo popular, pero durante la década de los 80, fueron un desastre como gobernantes.
Sobre el tema de la primera revolución de la década de los 80 en Nicaragua, la escritora y exrevolucionaria nicaragüense Gioconda Belli, quien estuvo a la par de Daniel Ortega durante la guerrilla y después en el primer gobierno sandinista, habló en el 2022, con el medio digital Alas Tensas. Hoy recordamos su entrevista.
De entrada aseguró que hay varias cosas que no se toman en cuenta cuando se analiza lo que pasó en la Revolución de Nicaragua (1979-1990).
“En primer lugar, que quienes dirigieron la lucha contra la dictadura de la familia Somoza (1934-1979) éramos un grupo de gente joven que no tenía experiencia de dirigir gobiernos ni de administración pública. La dirigencia del grupo de guerrilleros del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) tenía una mentalidad muy de izquierda, de una izquierda tradicional. Éramos muy ideológicos”, reflexionó Belli.
No fueron democráticos
Aseguró que durante el primer año de gobierno sandinista en 1980, el repentino asesinato del alfabetizador Georgino Andrade por parte la resistencia Contra, provocó que la Revolución iniciara unos cambios rápidos, y que uno de los grandes problemas que han tenido varios proyectos de izquierda es que quieren cambiar la sociedad de un día para el otro y eso es imposible.
Agregó que otro error que cometieron es que no fueron democráticos, porque solo se enfocaron en que el pueblo tuviera una oportunidad y lo demás no importaba, pues considera que un país no puede ser solamente de un grupo que piensa de una determinada manera y que siempre se tuvo una actitud de enfrentamiento y de irrespeto a las creencias, a los valores, de otras personas.
“Se enfrentó a los empresarios, lo que se llamaba ´la burguesía´. Era una revolución clasista que quería que el pobre tuviera por fin lo que merecía, la justicia, pero al creer eso falló en no entender que una sociedad no puede solo funcionar para un grupo. Para que el pobre mejore su situación, se necesita que el país entero mejore sus condiciones, se necesita comprender que las personas tienen motivaciones individuales y que el interés colectivo tiene que tomar en cuenta el interés individual de las personas. Esa falta de comprensión, de madurez, en creer que la Revolución podía cambiar todo de un día para el otro, fue muy negativo”, externó Belli.
Reconoció que al tomar todo el país en 1979, Nicaragua estaba desolado, sin funcionarios de gobiernos, ni autoridades judiciales, tuvieron que empezar de cero, y luego sumado a la guerra de la Contra, más el financiamiento de millones dólares de los Estados Unidos.
La fuerza de la guerra descarrila cualquier proyecto
Recuerda que a Nicaragua le dinamitaron tanques de petróleo, se minaron los puertos, se atacó a este país con la furia de una capacidad militar mucho mayor y eso descarriló también la Revolución, “porque la fuerza de la guerra descarrila cualquier proyecto de mejorar las condiciones de un país”, añadió.
Mencionó que había una raíz antimperialista muy profunda y una mentalidad autoritaria del sandinismo que abonaron a echar todo el esfuerzo a la guerra y no había manera de llevar adelante un proyecto más democrático, porque considera que cuando hay una situación de guerra en un país, toda la sociedad se militariza, y se tiene que obedecer órdenes porque estás en situación de guerra.
Sostuvo que dicho conflicto armado fue pésimo para la Revolución y dio lugar a que no se tratara de avanzar más en el proyecto social. Entonces se empezó a confiscar la propiedad privada, y a hacer cosas que no estaban dentro del proyecto inicial que era de solamente usar los bienes tomados de Somoza y con eso hacer el área de propiedad del pueblo, y que en realidad cometieron muchos los errores.
Si seguía el sandinismo, seguía la pobreza
“Cuando se da la derrota electoral, yo por lo menos, vi venir esa situación. Había mucho descontento por el reclutamiento de jóvenes al servicio militar, había escasez de alimentos, todos nos alumbrábamos con bombillos soviéticos que le explotaban a la gente en sus viviendas. Realmente era muy dura la situación y era de esperarse que la gente no quisiera que siguiera el sandinismo. La gente sabía que, si seguía el sandinismo, seguía la guerra, la escasez”, indicó la escritora.
Belli fue desterrada y despojada de su nacionalidad en el 2023, por oponerse y ser crítica del sistema opresor de Daniel Ortega en este país centroamericano. Adoptó la nacionalidad chilena y posterior la española este año.