Como una obra de caridad, Rosario Murillo anuncia pago a los trabajadores del Estado

La vicepresidente de Nicaragua, Rosario Murillo, anunció, como si fuera obra de caridad de su administración, que en los próximos días se les realizará el pago correspondiente a este mes a los trabajadores del Estado.

«Nos anuncia el ministro de Hacienda (el sancionado ) Iván Acosta que vamos a estar en capacidad, gracias a Dios, previo a Semana Santa, de pagar a todos los trabajadores del Estado», anunció la mandataria.

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En ese orden, la esposa del dictador Daniel Ortega indicó que el miércoles, 20 de marzo, se les estará pagando a los trabajadores del Ministerio de Salud (Minsa), el jueves, 21, a los del Ministerio y Educación (Mined) y el 22, a las demás instituciones del Estado.

Autoelogiándose por lo que no es una dadiva del régimen, sino un deber del Estado, Rosario Murillo afirmó emocionada que «le estamos cumpliendo a nuestro pueblo, a las familias y deseándonos todos una semana de unión familiar…».

A como es costumbre de la vicedictadora de Nicaragua, señaló que su régimen está gozando de «de la paz, la que defiende todos los días».

Por otra parte, y contrario a las numerosas denuncias de asedio y represión, la portavoz del régimen de Nicaragua indicó que está preparando el verano «festivo de celebración de la paz que gracias a Dios tenemos».

El control de Rosario Murillo

Desde que Murillo ha revelado el dominio que ha ejercido en contra de la Iglesia católica, se ha dedicado a anunciar distintas actividades de Semana Santa, tomándose atribuciones propias de la institución religiosa.

Ejemplo del dominio que está realizando la primera dama es el anunció de que se está preparando para realizar las actividades de Cuaresma.

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«—Estamos— preparando la Cuaresma en grande y la gastronomía de Semana Santa», aseveró la portavoz del régimen orteguista durante su acostumbrada alocución del mediodía, del jueves, 14 de marzo.

Pese al supuesto acercamiento entre la institución religiosa y la dictadura orteguista se sigue obstaculizando la libertad de culto, como fue la reciente prohibición de la salida de carretas peregrinas de Masaya que cada año viajaban hacia el Santuario de Popoyuapa, en la ciudad de Rivas.

Por su parte, la Conferencia Episcopal de Nicaragua, quien ha mantenido silencio pese a la embestida de la dictadura orteguista, no ha anunciado ninguna actividad fuera de los templos.

Según críticos, el acercamiento entre el régimen de Ortega y la Iglesia católica cobra relevancia porque aún no cesa la represión en el país y los máximos jerarcas siguen aceptando imposiciones, a pesar de que en 2018 defendieron los derechos de miles de nicaragüenses.