Revelando el control que está ejerciendo la vicepresidente de Nicaragua, Rosario Murillo, sobre la Iglesia católica, anunció que se está preparando para realizar las actividades de Cuaresma.

«—Estamos— preparando la Cuaresma en grande y la gastronomía de Semana Santa», aseveró la portavoz del régimen orteguista durante su acostumbrada alocución del mediodía, del jueves, 14 de marzo.

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Sin embargo, Murillo no dejó claro que si las procesiones y otras actividades religiosas de la Semana Mayor serán nuevamente permitidas o si mantendrá las restricciones por la fuerza, con apoyo de su Policía.

Acercamiento de Rosario Murillo pero prohibiciones continúan

Pese al supuesto acercamiento entre la institución religiosa y la dictadura orteguista se sigue obstaculizando la libertad de culto, ejemplo de ello fue la reciente prohibición de la salida de carretas peregrinas de Masaya que cada año viajaban hacia el Santuario de Popoyuapa, en la ciudad de Rivas.

Rosario Murillo con control de actividades religiosas; afirma que está «preparando en grande la Cuaresma»
Rosario Murillo con control de actividades religiosas; afirma que está «preparando en grande la Cuaresma»

De esta manera, muchos feligreses de la ciudad de las flores quedaron «vestidos y alborotados» porque según conoció Darío Medios Internacional muchos se habían preparado desde hace un año para realizar el tradicional recorrido.

«La dictadura se está volando las trancas, como decimos popularmente los nicaragüenses. Esta peregrinación no le hace daño a nadie, porque es una promesa que cada persona va a cumplir (…) Es el colmo que también esta tradición la quieran cortar», comentó un peregrino a este medio de comunicación.

Iglesia sigue guardando silencio

Por su parte, la Conferencia Episcopal de Nicaragua, quien ha mantenido silencio pese a la embestida de la dictadura orteguista, no ha anunciado ninguna actividad fuera de los templos.

En tanto, la esposa del dictador Daniel Ortega, quien desde el 2018 ha tildado a sacerdotes católicos y al mismo cardenal Leopoldo Brenes, de «hijos del Diablo», actualmente ha mostrado cercanía con la Iglesia.

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Recientemente, la también coordinadora del Consejo de Comunicación y Ciudadanía de la dictadura se mostró muy emocionada al saludar al cardenal Leopoldo Brenes en ocasión de su cumpleaños y aseguró que ahora sí trabajan en paz de la mano con la Iglesia «libre de golpismo».

Tras estas acciones, un sacerdote en el exilio criticó a la Conferencia Episcopal, afirmando que la pasada liberación y destierro de los religiosos nicaragüense fue a través de negociaciones, pero que las mismas no pudieron haber sido a costa de la libertad religiosa en el país.

«Indignante que Rosario Murillo domine a la Iglesia»

«Esto es indignante y sínico porque luego que la dictadura —de Ortega— gritó a los cuatro vientos que la Iglesia es una institución de criminales y que los obispos eran ladrones y ahora muestra su cercanía con el cardenal», expresó el religioso.

Asimismo señaló que los nicaragüense saben que fue la mandataria la que ha ordenado saquear las cuentas bancarias de la Iglesia, tras acusarla de lavado de dinero; además de profanar los templos católicos al meter por la fuerza a agentes policiales y a sus turbas.

sacerdote afirman que es «indignante que Rosario Murillo domine mine a la Iglesia»
sacerdote afirman que es «indignante que Rosario Murillo domine mine a la Iglesia»

En cuanto al cardenal Brenes y demás obispos, el religioso consultado afirmó que al igual que Juan el Bautista, las autoridades eclesiásticas «entregaron la Iglesia a la dictadura».

«La Iglesia es la defensora de los hijos de Dios (…) y es la primera que tiene que alzar la voz ante todo abuso como lo hicieron todos los profetas, Juan el Bautista y el mismo Cristo, pero no sé cuál fue el pacto que hizo la Conferencia Episcopal con la dictadura por la liberación de monseñor Rolando —Álvarez— y demás sacerdotes, no tomando en cuenta a las ovejas que siguen en Nicaragua», señaló el religioso.

Según críticos, el acercamiento entre el régimen de Ortega y la Iglesia católica cobra relevancia porque aún no cesa la represión en el país y los máximos jerarcas siguen aceptando imposiciones, a pesar de que en 2018 defendieron los derechos de miles de nicaragüenses.