El Observatorio de  Católicas por el Derecho a Decidir, (CDD) registra 28 feminicidios en el primer cuatrimestre de este año 2024: 4 en enero, otros cuatro en febrero, 13 en marzo, 7 en abril. Además, en lo que va del mes de mayo, se reportan dos femicidios más en Nicaragua.

Mientras, activistas de derechos humanos en el exilio bajo anonimato por temor a represalias,  cuestionan la “inhabilidad” del régimen sandinista para evitar los femicidios en el país.

Añadieron, que no hay   voluntad y preocupación para atender los casos de violencia machista que provocan los   femicidios y que van en aumento y  bajo la absoluta tolerancia de la pareja de autócratas.

“La dictadura no respeta las normativas, es más se ha convertido en un perpetrador de la violencia”, sostuvo la directora del ilegalizado Programa La Corriente, María Teresa Blandón.

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Estableció, que la inmensa mayoría de organizaciones defensoras de los derechos humanos de las mujeres, fueron demolidas por el régimen, no obstante se siguen  documentando casos de violencia  de mujeres, niñas y personas de la diversidad sexual.

Rosario Murillo “odia” derechos y reivindicaciones de las mujeres

Un experto en temas se seguridad ciudadana, bajo  anonimato, dijo que Rosario Murillo “odia”,  todo lo relativo a la  reivindicación de los derechos femeninos. Permanentemente ha estado “enfrentada” a los movimientos de mujeres, chocando con las damas que no aceptan  su “liderazgo”,  como esposa  de Ortega.

Añadió, que con la denuncia de la hijastra de Daniel Ortega,   Zoila América Narváez,   se acrecentó la “confrontación”,  por el amplio apoyo que está tuvo de parte de las principales organizaciones  y movimientos de mujeres que “criticaron” su silencio y respaldo al acusado, “enfrentándose”  a su propia hija.

Más de 20 mujeres han sido víctimas de femicidio en lo que va del 2024
Venganza de Rosario Murillo contra feminista, provoca aumento de los feminicidios   2

“Las posiciones retrogradas de la pareja dictatorial y  ver a las mujeres como sus enemigos políticos, ha marcado  la gestión oficial desmontando,  los avances de la ley contra la violencia de género, la comisaria de la mujer, el aborto terapéutico, obligando a la mediación con los agresores y forzando la “convivencia,  a pesar de los riegos para la vida de las mujeres en otros aspectos; representan  un claro retroceso,  en las conquistas y demandas  de la mujeres”,  destacó.

Asimismo,  afirmó, toda esta política antifeminista de promoción de la sumisión ante el hombre  y el considerar las relaciones de pareja como una relación de dominación,  han incrementado los feminicidios en Nicaragua.

A la par, las propulsoras  de derechos humanos señalaron  que últimamente los delitos, incluyendo los feminicidios y transfeminicidios han aumentado.

Dictadura maneja en “silencio”,  tema de la violencia

 “Examinamos los datos de la Policía sandinista, del Instituto de Medicina Legal y del  Poder Judicial, y apreciamos  que hay incongruencias en el  registro de los  delitos”, señalaron.

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Por su parte  la activista María Teresa Blandón reconoció que la dictadura sandinista “maneja”,  silenciosamente el tema de la violencia mientras las organizaciones de mujeres tienen información que el régimen  no solo está “escondiendo” la gravedad  del asunto, igualmente,  no hace nada  para prevenir y proteger a las víctimas”.

También, el organismo, Católicas por el Derecho a Decidir registra que en el año pasado 2023,  culminó con 72 feminicidios, entre ellas, menores de edad.

Las activistas bajo anonimato  dijeron que el régimen anuncio la reapertura de 300 comisarías, las cuales no están funcionando. Además, ha puesto quioscos electrónicos en algunas cabeceras departamentales,  sin embargo, las señoras no saben cómo usarlos.

Libertad de abusadores sexuales incrementan los suicidios

Señalaron,  que para colmo el régimen sandinista ha dejado en libertad bajo el la figura de convivencia familia a no menos de 30 mil reos comunes, entre ellos,  agresores de mujeres y niñas.

Puntualizó, que en Nicaragua existe una realidad concreta  de quebrantamiento de  los derechos,  que  pone a las   víctimas en un  contexto de extrema fragilidad.

“Los agentes de la Policía no están guardando las denuncias por violencia machista, tampoco se mueven a las comunidades a realizar las indagaciones  y “envían”,  a las víctimas a la Dirección de Resolución Alterna de Conflictos (Dirac) para mediar con los agresores”, concluyeron.