La llegada de diciembre trae mucha nostalgia para José Alberto Montoya, un joven poeta nicaragüense que vive su exilio en Costa rica. Desde pequeño Montoya veía las posadas, la purísima y las pastorelas -famosas por disfrazar a los niños de pequeños pastorcitos-, tradición que no ha vuelto a ver por cinco años.

El joven de 21 años que reside ahora en San José, aseguró a DaríoMedios que “la nostalgia continúa muy marcada”, especialmente por sentir ese “calor familiar” característico de sus parientes en estas fechas.

jose montoya
José Alberto Montoya declamando sus poémas en el Centro Cultural España de San José, Costa Rica.

“He sentido mucha tristeza francamente, ese sentimiento de soledad, de aislamiento, de querer estar con los tuyos, en este sentido también sentir la necesidad de exigirte más de lo que podés dar para tratar de compensar la ausencia de estos elementos”, dijo Montoya.

Positividad en la nostalgia

José Montoya no ve únicamente una situación negativa de este desplazamiento forzado, el cree que también existen cosas positivas en cuanto a la introspección y la reflexión sobre cómo ha llevado su vida y lo que puede mejorar en su relación hacia otras personas.

También, refiere que ha tenido una oportunidad para formar una nueva familia, no en términos de consanguinidad, pero sí en lazos de amistad y redes de apoyo, que le han ayudado a sobrellevar distintas adversidades que se atraviesan durante el exilio.

“A cinco años de cinco navidades de estar acá vas construyendo redes, tu vida se transforma, a como una canción de María Jiménez que a mí me gusta porque aplica para todo, se llama: Se Acabó y esa canción dice por qué yo me propuse sufrir porque tanto quise y lloré, pero me fui recomponiendo poco a poco y ahora ya mi mundo es otro”, añadió.

Validar as emociones es la mejor terapia

Según especialistas en psicología, lo que Montoya percibió se conoce como el “Síndrome de la Navidad”, cuyos síntomas como el dolor de cabeza, ansiedad, tristeza entre otros, puede hacer que muchos se sientan incómodos con su salud mental.

La psicóloga Ruth Quiroz miembro del Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más (CDHNN+), detalló que el padecimiento psico-emocional es propio de la navidad y el exilio ha venido a potenciar los niveles de tristeza, nostalgia y frustración por la separación familiar.

“Se vuelven emociones muy fuertes que pueden ser insostenibles y causar mucho desgaste, no solo a nivel mental y emocional, sino físico, se pueden evidenciar 100% con el cuerpo y ahí es donde nos cuestan más sobrellevar este este episodio del año”, señaló la especialista.

Recalcó que las consecuencias en materia de salud mental podrían devenir desde malestar físico, problemas para concentrarse, hasta mal humor con el entorno donde uno se desarrolla cotidianamente.

“La principal recomendación es poder validar nuestras emociones, porque nuestra principal lucha es con las emociones y esto genera un conflicto interior entonces entender que esto viene para traerme un mensaje que en lugar de cuestionarme tratar de entender que sí es un momento difícil pasar lejos de mi familia más cuando yo no he querido separarme de ellos”, explicó Quiroz.

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