El Papa Francisco, se mostró preocupado por la condena de 26 años impuesta por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo contra el obispo de la diócesis de Matagalpa, Monseñor Rolando Álvarez, también despojado de su nacionalidad y sus derechos ciudadanos el pasado 10 de febrero.

El jerarca de la iglesia católica en el mundo, durante el Ángelus Dominical el 12 del mismo mes y celebrado desde el Balcón Central de la Basílica de San Pedro en Roma, pidió la apertura en “los corazones de los responsables políticos” para la búsqueda sincera de la paz.

“No puedo no recordar con preocupación al obispo de Matagalpa, Monseñor Rolando Álvarez a quien quiero tanto, condenado a 26 años de cárcel y también a las personas que han sido deportadas a los Estados Unidos (…) por la intercesión de la Inmaculada Virgen María, que abra los corazones de los responsables políticos por la sincera búsqueda de la paz que nace de la verdad, la justicia, de la libertad y del amor”, imploró el santo padre.

Durante un acto público transmitido en cadena nacional, el dictador Daniel Ortega lanzó de manera sarcástica y visceral una serie de calificativos contra Monseñor Álvarez, llamándole “obispo terrorista”, justificando con esas palabras el proceso de criminalización contra el sacerdote que seguirá su curso con un juicio inicial programado para el 15 de febrero.

“Ellos están por acabar”

Mientras el alto jerarca de la iglesia católica se manifestaba “dolido” por las noticias que llegaban desde Nicaragua, Monseñor Silvio Báez durante una homilía celebrada en la Iglesia Santa Ágatha de Miami, apuntó que atentar contra la libertad de las personas, denigrar su dignidad con falsedades, ensañarse con rabia para humillarlas, tratarlas con crueldad y condenarlas injustamente, “son auténticos crímenes”.

“Estos actos abominables no son solo caprichos de gente desquiciada irregularidades jurídicas o incumplimiento de normas internacionales, ofender con rabia, difamar con venganza, encarcelar injustamente, torturar con saña y condenar al destierro, son auténticos crímenes y quienes actúan de este modo son criminales, que deberán comparecer ante la justicia tarde o temprano”, catalogó Báez.

El sacerdote además insinuó que nos encontramos en un “momento histórico”, donde “los tiranos violentos y criminales han cruzado la línea de lo racional y lo humano”, demostrando debilidad y miedo, así mismo, exhortó a no dejarse desanimar, ni sentirse débiles, “promover el dialogo y perseverar en la lucha por la justicia”.

“Yo también quisiera confesarles que estoy destrozado por lo que le ocurre a Rolando, pero estoy convencido que está más fuerte que nunca. Lo que ellos llaman condena no es una victoria, no han doblegado a Rolando, no han podido, con su altura ética y espiritual, por su coherencia profética, por eso se han ensañado con rabia y dicen que lo condenan, no lo han condenado, ellos están por acabar”, acentuó el sacerdote.

Cleros y asociaciones católicas del mundo rechazan condena

Por otro lado, la Conferencia Episcopal de España, expresó su solidaridad con el obispo de Matagalpa, a quien Ortega mantiene bajo confinamiento en el sistema penitenciario “La Modelo” y pidieron, a “todas las personas de buena voluntad” mantenerse en oración por la “resolución pacífica de este conflicto”.

“La Conferencia Episcopal Española sigue con dolor la preocupante situación que se está viviendo en Nicaragua con el destierro de un numeroso grupo de sus ciudadanos a los Estados Unidos y la condena del obispo de Matagalpa, Monseñor Rolando Álvarez a 26 años de cárcel y la desposesión de su nacionalidad”, se mencionó en el comunicado.

Los religiosos españoles también pidieron a la dictadura “que escuchen la voz del pueblo, al que sirven”, e invitó a que tomen “sus decisiones con espíritu de servicio al bien de todos y liberen a los presos por motivos políticos”.

A su vez, el episcopado costarricense también expresaron su empatía ante los acontecimiento ocurridos en Nicaragua, elevando sus plegarias  para que prevalezca el diálogo y el respeto en beneficio de todos los habitantes de este hermano país.

“Exhortamos a los sacerdotes para que puedan ofrecer esta intensión en las Eucaristías y a todo el pueblo santo de Dios a unirse en una actitud de oración constante (…) Rechazamos la condena de 26 años de cárcel para con nuestro hermano Monseñor Rolando Álvarez”, divulgó el prelado.

Jesuitas de América Latina expresan admiración

Dentro del sinnúmero de cleros católicos en el mundo que manifestaron su simpatía, se encuentra la Conferencia de Provinciales Jesuitas de América Latina y el Caribe, quien se mostró cercana ante el destierro de las más de 200 personas presas políticas desterradas por el régimen de Ortega y la sentencia contra el obispo de Matagalpa.

“Junto con el Papa, con el Cardenal Álvaro Ramazzini, y el presidente del CELAM, monseñor Miguel Cabrejos, en iglesia celebramos la excarcelación de todas las personas injustamente expatriadas de Nicaragua por la dictadura Ortega-Murillo, sepan que desde donde estén, nos unimos por su lucha por la libertad y la democracia”, resa el comunicado de los Jesuitas.

“A monseñor Rolando Álvarez, nuestro respeto, admiración y cariño fraterno, así como nuestro agradecimiento por su testimonio de libertad y compromiso con la verdad. A todos los compañeros y compañeras que temen por sus derechos y su libertad, nuestra compresión y nuestra solidaridad. Rezamos por todos ustedes”, añade el comunicado.

Monseñor Álvarez fue secuestrado de la Curia Arzobispal de Matagalpa y trasladado por policías orteguistas a arresto domiciliar en Managua el 19 de agosto del 2022 durante la madrugada y en 2023, la dictadura quiso desterrarlo junto a 222 personas opositoras.

“Frente a una decisión del estado nicaragüense él no acata (…) Es la rabia de acatar la decisión, porque él de buena gana se va a Miami a despotricar con Báez y compañía, pero como es el estado nicaragüense que le está ordenando la deportación, entonces ahí la rabia”, atacó Ortega en su comparecencia pública el nueve de febrero pasado.

El tirano también llamó “energúmeno” al sacerdote y admitió haberlo llevado al sistema penitenciario de Tipitapa “La Modelo”, llamándolo “desquiciado” y “soberbio” por negarse al destierro político.

Hasta la fecha, la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN), permanece en silencio ante el encarcelamiento de uno de sus miembros.