En ocasión a las fiestas de Semana Santa, donde se recuerda la pasión, muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo, el padre Edwing Román afirmó que la cruz que carga Nicaragua es impuesta por la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo.

Citando como ejemplo la crucificción de Jesucristo, el expárroco de la iglesia San Miguel Arcángel de Masaya lamentó que en la actualidad la sociedad sufre la represión impuesta por los tiranos.

Noticia relacionada: RÉGIMEN EN NICARAGUA DETIENE A SIETE CATÓLICOS EN SEMANA SANTA

Aludiendo a la crisis política sufre Nicaragua y que se ha recrudecido desde el 2018, el religioso afirmó, a través de su cuenta de X, que «las cruces de nuestro pueblo hoy en día son impuestas por la dictadura —de Daniel Ortega y Rosario Murillo—».

Además, refirió que el orteguismo ha sumido al pueblo nicaragüense en «el desempleo, el hambre, la desesperanza, el destierro, el exilio, cárceles injustas, represión, asedio, secuestros», dividendo así a familias y a amistades.

Asimismo enfatizó que la cruz que sufre el país y que cada día se hace más pesada ha ocasionado que no haya «futuro en los jóvenes» nicaragüenses quienes cada día son perseguidos y encarcelados por demandar justicia y libertad.

Noticia relacionada: CRÍMENES Y TRAGEDIAS SONADAS EN SEMANA SANTA EN NICARAGUA

Las palabras de Román, quien en los últimos años se ha convertido en una de las voces más criticas del régimen orteguista, llegan en momentos en que los nicaragüenses y en espacial la Iglesia católica sufre su peor ola represiva.

Padre Edwing Román afirma que la cruz carga Nicaragua es impuesta por la dictadura de Ortega
Padre Edwing Román afirma que la cruz carga Nicaragua es impuesta por la dictadura de Ortega

Ejemplo de la hostilidad que sufre el país a manos del Gobierno sandinista es la falta de libertad de culto, donde a la Iglesia Evangélica y católica se les ha negado el derecho de realizar sus actividades religiosas, especialmente en esta Semana Santa.

Desde el inicio de la Semana Mayor se pudo ver el asedio policial y paramilitar a templos católicos para evitar cualquier manifestación religiosa en las calles, siendo así el único país donde los feligreses pudieron realizar ninguna procesión fuera de los templos.