Muchos nicaragüenses recordarán en este mes a las víctimas del terremoto de la madrugada del 23 de diciembre 1972 en Managua.

La tierra se movió con fuerza la madrugada de ese 23 de diciembre, y la muerte sorprendió a miles de familias. De esa forma, la catástrofe natural destruyó la ciudad de Managua.

El terremoto de 6,2 grados en la escala de Richter, ocurrió a las 00:35, hora local y dejó alrededor de 10 mil muertos. Otras 20 mil resultaron heridas y se registraron alrededor de 200 mil damnificados.

La vieja Managua

El historiador nicaragüense Nicolás López Maltez asegura que Managua era una ciudad ordenada, limpia y segura. “La mayoría de las personas hacían sus diligencias a pie. Todos vivían enamorados de su ciudad”, expresa con nostalgia.

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Parte de esa modernización se reflejaba en las nuevas construcciones, como el edificio del Banco Central y la torre del Banco de América inaugurados en 1964 y 1970, respectivamente.

¿Por qué la ciudad quedó en ruinas?

Cabe señalar, que la principal razón fue que los sistemas constructivos de la época eran muy frágiles e incapaces de resistir un sismo de tal magnitud.

La vieja Managua había heredado las construcciones de taquezal de la antigua Managua, la cual ya había sufrido un terremoto en 1931.

En tanto, el diseño de la reconstrucción de la ciudad fue afectado por la corrupción de la dictadura de Somoza y el tráfico de tierras. El impacto de los conflictos políticos internos posteriores al terremoto también dificultaron que Managua lograra recuperarse de lo sucedido en diciembre del 72.

Asimismo, pese a la modernización de los sistemas constructivos en los últimos años, la falta de voluntad política para supervisar los materiales y procesos de construcción, y la corrupción, exponen a Managua a la destrucción ante futuros eventos sísmicos.

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Hoy en día, la fachada de la capital es completamente distinta, es el reflejo de que los nicaragüenses siempre han podido hacerle frente a los momentos más tristes y renacer como el ave fénix.