Ana Verónica Sánchez la embajadora del Güegüense en Costa Rica

Ana Verónica Sánchez, una joven nicaragüense originaria de la ciudad de Managua, actualmente tiene 31 años de edad, en el 2016, hizo sus maletas y salió hacia Costa Rica con el deseo de crecer como artista y convertirse en una representante de la cultura de Nicaragua.

La joven nicaragüense a través de las cuerdas de su violín y de su melodiosa voz, se ha encargado de mantener con vida El Güegüense, un teatro ballet que data del siglo 18, a tal punto de que hoy es conocida como una de las embajadoras de El Güegüense en Costa Rica.

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El Güegüense es una expresión de protesta contra el dominio colonial, es un drama que se representa cada año el día de la fiesta de San Sebastián, santo patrón de la ciudad de Diriamba, en el departamento de Carazo.

Ana a través de su maravilloso talento con el violín interpreta esta expresión artística permitiendo a la joven darle rienda suelta a su talento y hace unos años compuso una canción relacionada con esta obra.

“Cuando era niña me iba a tocar violín en algunas actividades, por ejemplo, las de la Purísima, y gracias a que mi familia es muy cultural, me comencé a interesar en El Güegüense”, relató Ana.

De acuerdo con las declaraciones de Ana, ella ha sido la primera mujer en tocar el violín en el baile de El Güegüense, durante las actividades de San Sebastián, que se realizan en enero y febrero, hasta compuso una canción llamada ‘Preludio de la Suche Malinche- al maestro Alfagüell’, inspirada en uno de los personajes de la obra.

Ana y el amor al violín

Ana Verónica, vivió su infancia y adolescencia en el barrio Tierra Prometida en Managua, y asegura que se enamoró del violín cuando tenía 10 años.

Ana era una niña con mucha energía y su mamá, doña María Narváez la llevaba a las fiestas patronales, porque a su familia le gustaba el folclor y también le gustaba bailar y cantar.

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“Cuando tenía 10 años mi mamá me matriculó en una ONG (Organización no gubernamental) llamada Centro Cultural de Batahola Norte, en donde había un coro y una orquesta, y ahí aprendí a tocar el violín, fue maravilloso”, recordó.