La gente tiembla de miedo cuando escucha que la muerte ronda por las calles de Limón, una provincia encallada en la costa caribeña, donde el ardiente sol, arena blanca y azul de su mar se mezclan con el miedo que infunden las bandas delincuenciales.

Cuando Cristóbal Colón descubrió el país en 1502, fue la costa de Limón la que lo inspiró a denominarla Costa Rica. Lejos estaba de imaginarse que hoy en día ese paradisiaco lugar sería foco de inseguridad y que las olas ya no solo arrastrarían agua salada hacia el estero, sino también marejadas de violencia. Limón es así la séptima provincia del país y cuenta con 6 cantones y 27 distritos, y sus habitantes claman por seguridad.

Limón cuenta también con hermosas playas a lo largo de su territorio y un Parque Nacional que engalana la belleza natural de Costa Rica. Pero más allá de ese panorama natural, su gente trabajadora y clima cálido se esconde una figura tenebrosa: la sombra de la droga.

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El cantón de Limón vive en una guerra constante entre tres grupos criminales dedicados al narcotráfico, el sicariato y que están plenamente identificados por el Organismo de Investigación Judicial (OIJ).

En apenas 18 días de enero, la provincia sumó 14 asesinatos: nueve de ellos en el cantón Central y muchos de estos últimos, según las pesquisas, asociados a las disputas de estas bandas para el control del territorio. Se suma al escenario, un “escuadrón de la muerte” que opera en la zona con tácticas militares y que elevó las alarmas de la Policía Judicial.

OIJ sospecha que “escuadrón de la muerte” sería responsable de unos 50 homicidios en el país

El Organismo de Investigación Judicial vincula unos 50 crímenes de la tasa de homicidios por cada 100.000 habitantes de Costa Rica con la banda de presuntos sicarios desarticulada la madrugada del martes 6 de febrero.

Ese dato escalofriante lo reveló recientemente el director general de la Policía Judicial, Rándall Zúñiga.

El jefe del Organismo de Investigación indicó que, a través de datos policiales, se lograron indicios suficientes para asociar a 10 gatilleros de la estructura con 15 eventos violentos ocurridos entre 2022 y 2024. No obstante, las autoridades temen que la cifra sea mucho mayor.

En tanto, la banda que la Policía Judicial pretende desarticular está conformada —presuntamente— por 10 asesinos a sueldo, siete vendedores de droga al menudeo y cuatro personas asociadas a la legitimación de los capitales derivados de las actividades ilícitas ejecutadas por la organización.

Hasta el momento, no se han revelado las identidades de los sospechosos ni la cantidad de detenidos; solamente que el cabecilla se dio a la fuga.

Para Gustavo Mata, exministro de Seguridad Pública y exjefe del OIJ, las estrategias de alianzas que hicieron estas estructuras criminales para enfrentar a sus oponentes son prácticas comunes en los carteles de México y la motivación sería para mantener el control de la cocaína que ingresa y la que se reexporta desde el Caribe.

“Es normal ver esa unión de grupos, traigo a colación los carteles mexicanos. En algún momento el Chapo (Joaquín Guzmán) logró unir a varios sujetos que tenían territorios distribuidos en todo México con el fin de mejorar el mercado, o sea la exportación de cocaína y gobernar el precio, lo mismo está sucediendo en Limón con estos grupos armados”, mencionó Mata.

Bodega del narcotráfico

Para el politólogo costarricense Vladimir de la Cruz, además de que Costa Rica se ha convertido en “una bodega del narcotráfico” de la región, considera que las autoridades hacen poco para frenar este flagelo, e inclusive, piensa que altos funcionarios estarían detrás del negocio.

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“Costa Rica hace años que es una bodega del narcotráfico, y altos funcionarios están metidos de lleno en eso, por eso es que se hace difícil frenar el problema”, dijo de la Cruz a Darío Medios.

Es válido recordar que la actual tasa de 17,2 asesinatos por cada 100.000 habitantes corresponde al récord de 907 crímenes registrados en el territorio nacional en 2023.

Los datos corresponden a cifras sin precedentes de Costa Rica, lo que posicionó el 2023 como el más violento de la historia de la nación.

Y Limón fue escenario de 214 de esos homicidios; es decir, el 23,6%.