Alba Luz Ramos lleva casi 35 años en el Poder Judicial, es la magistrada en América Latina con más permanencia en ese poder del estado, pero esta semana de octubre del 2023 todo cambió para ella.

No obstante, un dato poco conocido es que la eterna presidenta de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), antes de ser sacada a la fuerza de su oficina este martes, puso antes su renuncia al menos tres veces, sin embargo, Daniel Ortega las había rechazado, según una fuente ligada a ese poder del estado.

Un ex trabajador (anónimo por motivos de seguridad) cercano del gobierno sandinista dijo en 2022 que los cambios en el Poder Judicial de Nicaragua podrían ocurrir en 2023.

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Y como si de la voz de un profeta se tratara, la doctora Alba Luz Ramos en su momento, habría dejado la presidencia de ese poder del estado en supuestos buenos términos con el binomio dictatorial Ortega-Murillo, pues varios factores se unían entre sí para determinar eso: situación de salud de Ramos, cierta desconfianza por la detención de Roberto Larios y la edad de la magistrada que ronda entre 73 y 74 años.

No olvidemos que Ortega ha tenido en alta estima a Alba Luz Ramos y era de su “entera” confianza, y pese a que ella querido dejar su cargo en tres ocasiones, Ortega le ha pedido quedarse.

Como consecuencia, según la fuente anónima, Ortega no aceptó las renuncias por no “no saber ni tener a quién podría ser el sucesor de Ramos”.

“Sacada a la fuerza”

Quién diría que Ramos estaría allanando el terreno desde antes, sin imaginar que esa decisión “voluntaria” de no seguir en su puesto como magistrada le revelaría una verdad que hasta entonces sólo intuía.

De esa forma, en su residencia y sin orden de captura, se halla la ahora ex presidenta de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), y también sancionada por el Departamento de Estado de EEUU., Alba Luz Ramos, luego que este pasado martes sostuviera una reunión extraoficial en El Carmen con Ortega y Murillo sobre su destitución del cargo como magistrada.

El abogado exiliado Yader Morazán publicó en sus redes sociales que en horas del mediodía del pasado martes 24 de octubre, Ramos desalojó su oficina y se dirigió a una reunión en la secretaría del FSLN con Ortega y Murillo.

Pero antes del encuentro inesperado, la funcionaria se encontraba en reuniones en su despacho con varios jefes de áreas de este poder, a quienes venía citando desde un día antes, cómo previniendo de su final.

Todo parece indicar que antes de su llegada a El Carmen, la magistrada habría recibido de manos de Ortega y Murillo una serie de documentos que evidencian “su complicidad en los supuestos actos de corrupción cometidos por el destituido secretario administrativo del Poder Judicial, Berman Martínez, quien era considerado uno entre los que conforman el círculo cercano de Ramos”, que hasta el momento faltaría confirmar.

“Murillo versus Alba Luz Ramos”

No es noticia nueva que muchos partidarios y amigos de Daniel Ortega se sientan traicionados por permitir que Rosario Murillo tome las riendas en el poder y tome decisiones cruciales en el país.

Eso también ha desencadenado conflictos entre los mismos funcionarios públicos con respecto al papel de Murillo y creado un recelo contra la vocera sandinista, incluso, muchos de esos políticos de envergadura han tomado distancia de Rosario Murillo por “sentirse la diosa y poderosa de todo”.

El panorama turbio empezó a despejarse y la salida de Luz Ramos indicaría que Murillo salió victoriosa en la “guerra declarada” a la magistrada sobre su permanencia en el Poder Judicial, pues la funcionaria sancionada era la protegida por excelencia de Ortega, no así por Murillo.

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Además, el hecho que Ramos haya sido enviado a su casa y sin orden de aprehensión, significaría que Ortega-Murillo decidieron no tomar más represalias en su contra al enviarla a su vivienda, pero sin el derecho de poder salir del país, como ocurre con la jubilada y jefa policial, Aminta Granera.

¿Qué futuro le espera a la doctora Alba Luz Ramos? ¿Será que por temor aceptará su destitución y seguirá los pasos de Aminta Granera, quien desde el anonimato continúa cerca del régimen orteguista? Sin duda, queda en evidencia el cumplimento del famoso refrán: “Mal paga el diablo a quien bien le sirve”.