El régimen sandinista ha violado no solos los derechos de culto, libertad de expresión, movilización y garantías ciudadanas, también obstaculiza la promoción de fascinantes destino turístico de la Costa Caribe nicaragüense.

Por ejemplo, en Puerto Cabezas, Caribe Norte, está localizado La Playa Paraíso, con lindos paisajes, entre ellos, la “Laguna Dakura”, en la comunidad indígena Tawira.

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También el “Salto Labú”, una cascada y poza, ubicada en el municipio de Siuna, en el hábitat de la Reserva de Biosfera Bosawas, que la dictadura ha dañado con la explotación indiscriminada de madera y de otras riquezas.

“Llegar a este sitio es sentir   y vislumbrar   la naturaleza en toda su magnificencia, al hacer turismo campestre y comunitario”, dijo un guía turístico.

Otra perla del turismo caribeño, son los “Cayos Perlas”, con 18 Isletas, a tan solo 35 kilómetros de Laguna de Perlas. Ahí los peregrinos pueden ejercer actividades acuáticas, camping y entrever las estrellas de noche al compás de los oleajes.

Los turistas nacionales y extranjeros pueden incluir en su recorrido visitas al municipio de Kukra Hill, en el Caribe Sur. En este radiante lugar, los viajeros pueden visitar la “Reserva Greenfields” y visitar las fincas de cacao, palmas africanas o de coco.

“Little Corn Island”, conformada por playas vírgenes y escollos

El turismo en esta beldad es conocer entrañablemente la cultura de los creoles, probar platillos de mariscos con ingredientes de coco, practicar buceo, snorkeling y pesca deportiva.

A pesar de tanta belleza de la caribeña nicaragüense, el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, no permite proyectar estos atractivos países, porque los turistas tienen miedo de desplazarse por el país.

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La dictadura ha implantado un estado de pánico y represión contra los indígenas, sobre todo aquellos que se oponen a ser despojados de sus territorios y riquezas. Lo que se traduce en falta de garantías y seguridad para el turismo y una evidencia clara que en Nicaragua nada está normal”.