Nicaragua se ha convertido, en los últimos años, en una transitada vía de migrantes de diferentes países que tienen como destino final Estados Unidos.

Lo más común era verlos entrar por la frontera sur y seguir su viaje por las carreteras que los llevan al límite norte del país.

Sin embargo, en esta semana la población caribeña de Bluefields presenció con asombró el arribo de decenas de extranjeros a su pequeño puerto.

Un primer grupo estaba conformado por 40 personas, luego llegó otro con más de 180 migrantes, entre ellos niños y adultos. Venían de Corns Island en una lancha procedente de San Andrés (Colombia).

Son familias enteras, se les ve triste, asustados, pero toman valor pues huyen de las pésimas condiciones de vida que tienen en su país. Sus pequeñas y sencillas maletas están cargadas de esperanza de un futuro mejor.

El grupo de migrantes, en su mayoría venezolanos, fueron recibidos por autoridades de Migración y Extranjería para trasladarlos al edificio de los bomberos y que posteriormente continuarán su ruta de viaje.

En las redes sociales se conoció el malestar de un ciudadano venezolano que se encontraba en este grupo y a través de su perfil denunció que durante su estadía, agentes de migración en Bluefields realizaron un cobro de 150 dólares por persona, aduciendo que era en concepto de salvoconducto.

“No nos entregaron nada (recibo) solo nos quitaron el dinero. Ahora que estamos acá en Honduras nos dicen que ese trámite es gratis, no se dejen quitar su dinero”.

Advirtió el venezolano.

Está acción, sin duda, les dejó inconformes y se suma a las malas experiencias que deben afrontar en ese tormentoso viaje.

De ser cierta la denuncia de este migrante significa que este grupo de viajeros, estimado en 180 personas, pudo generar unos 27 mil dólares a los agentes que cobraron los 150 dólares por migrante.