Dónde están los obispos: Rolando Álvarez e Isidoro Mora, Silvio José Báez y  restos de sacerdotes de la iglesia católica expulsados por el régimen de Daniel Ortega? Los religiosos  están confinados y  silenciados por el Papa Francisco?, son preguntas que se hacen los nicaragüenses dentro y fuera de Nicaragua.

Lo cierto es que los  tentáculos de la dictadura de los Ortega- Murillo, han alcanzado a los obispos Rolando Álvarez, Isidora Mora y Silvio José Báez y decenas de sacerdotes nicaragüenses, que  no solamente los mantiene  confinados, también silenciados.

Hay quienes comentan de una presunta “negociación del  Vaticano”,  con el régimen Ortega- Murillo, en dos sentidos: destierros de los religiosos y  “silenciados”, “mudos”; sin que puedan hablar sobre las crueldades que está cometiendo la dictadura en contra de la Iglesia Católica y del pueblo de Nicaragua.

Según nuestra fuente, las  supuestas  prohibiciones del Papa Francisco son más que evidente, cuando al propio obispo Silvio José Báez  le prohibieron las acostumbradas homilías dominicales en la iglesia Santa Ágatha de Miami.

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Según un experto en temas religiosos, que pidió omitiéramos su identidad por temor a represalia, la dictadura de orteguista, lo que persigue finalmente, es “desarticular” por completo a la Iglesia Católica nicaragüense y tenerla bajo su control.

Hay que recordar que el  bautizado como católico-romano y educado por jesuitas, Fidel Castro se convirtió en un perseguidor de la Iglesia después de asumir el poder en Cuba en 1959. Casi 40 años más tarde, sin embargo, inició un acercamiento que finalmente terminó con el Vaticano como uno de los mediadores en el histórico descongelamiento de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos.

Pese a las contradicciones y reveses, Castro, que murió  a los 90 años, creía que era posible ser un cristiano mientras se permaneciese leal a la causa del socialismo revolucionario. El cambio de tono se evidenció, cuando el Papa Francisco, que se reunió con Castro en Cuba, dijo que su muerte era una noticia triste y que rezaba por su descanso.

Fidel Castro se reunió con líderes de la iglesia católica
Persecución feroz de Ortega: mantiene  una iglesia “expulsada y  “silenciada” 3

En sus primeros años en el poder Castro vio a la Iglesia como un enemigo. Enojado por las críticas al comunismo, nacionalizó las escuelas católicas, silenció las publicaciones de la Iglesia y expulsó a muchos sacerdotes del país. Unos 130 fueron reunidos en una sola noche en 1961 y sacados del país por barco rumbo a España.

En 1991, cuando el desmantelamiento de la Unión Soviética privó a Cuba de su principal respaldo financiero, Castro comenzó a aliviar algunas restricciones a la Iglesia y a considerar al Vaticano como un socio en la diplomacia. El Partido Comunista de Cuba puso fin a su prohibición de sumar a sus filas a los creyentes.

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El punto de inflexión llegó el 1998, cuando el Papa Juan Pablo II visitó Cuba y condujo a nuevos levantamientos de restricciones y la reinstauración de la Navidad como feriado nacional. Castro asistió a casi todos los eventos del Papa y se sentó en primera fila en las misas.

El  régimen sandinista obligó a 34 sacerdotes nicaragüenses abandonar el país en el primer cuatrimestre de este año 2024, mediante el  aumento de la persecución, denunció la investigadora  Martha Molina, que ha documentado las agresiones del régimen contra la Iglesia  Católica desde la rebelión de abril de 2018.

Los clérigos ejercen su ministerio en otras naciones, sobre todo en Costa Rica y Estados Unidos y los  “seminaristas” siguen recibiendo formación en Nicaragua, afirmó Molina.

“Tengo lista de los eclesiásticos, nombres, iglesias y hermandades, pero ellos me han pedido no dar a conocer sus nombres por temor a represalias a sus familiares”, manifestó.

PERSECUCION IGLESIA 3
Persecución feroz de Ortega: mantiene  una iglesia “expulsada y  “silenciada” 4

Desde las protestas de los nicaragüenses en abril de 2018,  que pidieron la salida del poder de los Ortega- Murillo, 222 religiosos y   91 monjas de 14 congregaciones abandonaron  el país por la  represión del régimen.

Las sedes eclesiásticas más perjudicadas con el exilio forzado de párrocos son: Managua, Matagalpa, León, Estelí y Granada, manifestó la jurista e investigadora.

En el año 2023, fueron al exilio forzado 62 sacerdotes de la iglesia católica

Determinó, que en el 2018, tres curas de exiliaron. En 2019, otros tres y en 2020, uno y cinco en el 2021, aunque en el 2022, 20 sacerdotes no les quedó otra alternativa de irse al exilio para salvaguardar su vida y seguridad.  Sin  embargo, en el 2023, fueron 62 sacerdotes lo que tuvieron que dejar su patria.

Estableció, que   la persecución contra la Iglesia Católica no  ha cesado, el  número de párrocos confinados en este año 2024, es superior a  2023.

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En la Arquidiócesis de Managua, el cardenal Leopoldo Brenes ha sustituido a los curas que han salido fuera del país, con clérigos que “responden a las líneas de la dictadura” y la feligresía no los ha admitido con beneplácito, aseveró Molina.

Un número no precisado de laicos han elegido ir a otras parroquias y  quienes se permanecen poniendo su fe “en Jesucristo”  y no en los sacerdotes afines al orteguismo. Estableció, que hay sacerdotes que abiertamente cargan en su manos banderas rojinegras del partido de los Ortega- Murillo.

Autócratas “quieren” que el pueblo católico  los “mire” como dioses

Fieles bajo situación de anonimato aseguran que la pareja de autócratas, quieren que los devotos pierdan vinculación con Dios y dejen de estar en comunidad, que su fe no se fortalezca y miren en Rosario y Daniel, a diócesis, “que es ellos  que se creen”, expresó la abogada Martha Patricia Molina.

A la par,  Molina indicó que en los seminarios de Nicaragua se han infiltrado jóvenes militantes del FSLN, sin  inspiración eclesiástica y son enviados  a “espiar” a los seminaristas y a las autoridades académicas.

La estudiosa piensa que quienes administran los seminarios les corresponde identificarlos a los infiltrados y  ponerles en su lugar.

Varios fervientes católicos afirmaron bajo anonimato a Daríomedios Internacional, que los dictadores no podrán arrebatar su fe y que independientemente que pongan a curas alineados al partido sandinista, no se alejaran de sus templos, meditación y oración, para que Dios conceda una iglesia con libertad de culto y en democracia.