Al ritmo de la agrupación Costa Azul, se realizó una fiesta bailable la noche de este sábado, frente a la iglesia católica de la ciudad de Diriamba, en celebración del aniversario de una discoteca de este municipio, sin ningún tipo de regulación, ni respeto por el templo religioso.

Algunos pobladores se quejaron de esta fiesta, porque consideraron que en primer lugar es una falta de respeto que la alcaldía sandinista permita una fiesta frente al templo, sabiendo que al día siguiente se oficia misa donde llegan niños y adultos y la calle amenace con malos olores.

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“Pachanga” frente a la iglesia San Sebastián de Diriamba 3

Malos olores frente a la iglesia

“Esto es una clara provocación del gobierno sandinista, porque permiten que todo ese bacanal se haga frente a la iglesia San Sebastián. Ahí queda el mal olor de orines, cerveza, y la basura tirada. Esto lo hacen con doble intención pues esto es parte del continuó hostigamiento con la iglesia católica en Nicaragua”, comentó una pobladora.

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Otro ciudadano comentó en redes sociales que la dictadura Ortega- Murillo no deja salir las procesiones de carácter religioso, pero si permite que se coloquen tarimas para fiestas frente a la iglesia de Diriamba.

“Increíble pero cierto. No dejan salir las procesiones, pero ocupan el atrio de la basílica San Sebastian de Diriamba como cantina, solo porque es el aniversario de una cantina llamada Litrógeno. ¿Adivinen quién es el dueño?, familiares de (diputado sandinista) Wálmaro (Gutierrez). Siguen profanando las iglesias de Nicaragua”, escribió un usuario identificado como Moisés Silva.

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“Pachanga” frente a la iglesia San Sebastián de Diriamba 4

No es primera vez que irrespetan la basílica

En julio de 2018, turbas sandinistas, paramilitares y policías al servicio de la dictadura Ortega- Murillo, sitiaron la basílica San Sebastian de Diriamba, luego agredieron verbal y físicamente a los obispos que llegaron desde la capital a pacificar los momentos de violencia que desataron los agentes paraestatales contra la población que protestaba.

Tras esos hechos de profanación y vandalismo perpetrados por fanáticos sandinistas, hubo un tiempo que se suspendieron las misas por precaución, ya que las enardecidas turbas podrían volver a atacar y entrar al templo. El irrupción violenta de los templos católicos ha sido una tónica permanente de parte de los agentes paratestatales de la dictadura sandinista en Nicaragua.