Los devastadores terremotos que azotaron a Turquía y Siria han causado la muerte de por lo menos 50.000 personas y han dejado heridas a muchas más, además de que decenas de miles continúan desaparecidas y cientos de miles perdieron sus casas, señaló el martes Martin Griffiths, secretario general adjunto de asuntos humanitarios de Naciones Unidas. 

Griffiths dijo al Consejo de Seguridad que tres semanas después de que un terremoto de 7,8 azotara el sur de Turquía y el norte de Siria, seguido de una fuerte réplica un día después, la magnitud del desastre está mucho más clara.

Al menos 44.000 personas han perdido la vida en Turquía y otras 6.000 en Siria, la mayoría de ellas en un bastión rebelde en el noroeste del país.

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Naciones Unidas hizo un pedido de emergencia para recaudar 397,6 millones de dólares para ayudar a las víctimas sirias del desastre, el cual se encuentra financiado en un 42%, mientras que el llamado de 1.000 millones de dólares para las víctimas de Turquía se encuentra apenas en un 7,4%. Los montos únicamente cubren las necesidades de emergencia para los próximos tres meses, dijo el portavoz de Naciones Unidas, Stephane Dujarric.

Griffiths señaló en una sesión del consejo sobre Siria que, antes de los terremotos, 15,3 millones de personas (el 70% de la población) requerían asistencia humanitaria, y dijo que vio vecindarios enteros destruidos al visitar el lugar después del sismo en pleno invierno.

“Las evaluaciones preliminares indicaban que 5 millones de personas en Siria requieren albergue básico y asistencia no alimenticia”, manifestó. “En muchas zonas, cuatro o cinco familias ocupan una casa de campaña, sin instalaciones especiales para ancianos, enfermos crónicos o discapacitados”.