“Lo quiere todo, peor que Somoza” El escritor Sergio Ramírez Mercado, afirma que habrá un vaciado definitivo de la democracia es lo que cabe esperar del nuevo mandato de Daniel Ortega después de las elecciones del 6 de Noviembre. Sergio Ramírez, que formó parte de la presidencial con Ortega durante la era revolucionaria, estima que viene una situación de poder absoluto, familiar, como el de Somoza. Mientras que Carlos Fernando Chamorro, que dirigió Barricada, el periódico del Frente, recuerda que Ortega ya dijo hace años que no creía en la democracia representativa y que haría todo lo posible para liquidarla cuando regresara al poder.

 Aquí las previsiones de futuro de ambos, en una conversación mantenida en Managua. Después de haber perdido las elecciones de 1990, Ortega volvió a la presidencia en 2006. Desde entonces tomó control partidista de la Corte Suprema de Justicia y del Consejo Supremo Electoral, órganos que han avalado fraudes electorales comprobados y un irregular proceso que permitió su reelección en 2011 (la reelección indefinida se incorporó luego a la Constitución).

Ortega ha quebrado la institucionalidad de Ejército y Policía y ha llenado las instancias del Estado con simbología sandinista. El último paso, en junio, fue restringir el pluralismo, quitando los escaños al único partido opositor con algo de presencia en la Asamblea Nacional (el Partido Liberal Independiente) e impidiendo a su líder presentarse a las elecciones, publica el diario ABC de España. ¿Por qué Ortega elimina el pluralismo político, cuando no era necesario, pues ya tenía el control de todo? Se pregunta el periodista Carlos Fernando Chamorro de Confidencial, en declaraciones al diario ABC de España.

 Uno pude suponer que se está preparando para situaciones de inestabilidad para mediano plazo, tanto económicas como políticas», considera Carlos Chamorro, quien dirige desde hace veinte años la publicación online Confidencial, muy crítica con el Gobierno. Chamorro cree que en el terreno económico, Ortega va a seguir con su sistema mixto de autoritarismo con acuerdos con los empresarios, para incentivar la inversión y el crecimiento: «va a apostar a fondo para consolidar e institucionalizar este sistema corporativista que hasta ahora le ha dado muy buenos resultados». Pero «las últimas decisiones han puesto al capital muy nervioso, porque afectan a la imagen del país y al clima de negocios».

 Aunque este año el aumento del PIB pueda ser del 3%, supone un retroceso de un punto respecto a 2015 y de casi dos en relación a 2014. Además de que el clima de negocios puede verse perjudicado por el autoritarismo, la reducción del precio de las materias primas y sobre todo la perspectiva del fin de la ayuda venezolana, advierte Chamorro, «van a debilitar el crecimiento». El Gobierno de Maduro no está en condiciones de sostener un flujo que ha sido al menos de 500 millones de dólares anuales, un dinero que no entraba en los presupuestos del Estado y que Ortega gastaba sobre todo para fomentar el clientelismo, sostiene Chamorro Barrios.

 «Ahora el Gobierno va a tener un poco más de estrechez, menos flexibilidad para manejar su política de alianzas con el capital y ciertos aspectos de la política social», según Chamorro.

Fuente :Edición Digital de Servicio Nicaragüense de Noticias