El cronista deportivo y preso político de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, Miguel Mendoza, pudo hablar con su madre de 91 años el pasado lunes 30 de enero, a través de una videollamada, según informaron sus familiares a través de redes sociales.
Por su avanzada edad, la madre de Mendoza padece de múltiples enfermedades, y hasta hace algunos meses la familia no había querido decirle que su hijo Miguel se encontraba detenido por la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, y más bien le dijeron que estaba en un viaje de trabajo y por eso no había llegado a visitarla en tanto tiempo.
“Para Miguel fue muy emotivo volver a escuchar y ver a su mamá, a través de una video llamada, después de 19 meses sin tener comunicación con ella. Es una abuelita de 91 años de edad, quien aún desconoce la situación de su hijo”, señalan los familiares de Mendoza en su publicación.
Miguel Mendoza también pudo compartir un momento con su pequeña hija de 8 años. “Este lunes 30 de enero Alejandra tuvo la oportunidad de volver a compartir con su padre durante 4 horas. Verlo más seguido ha mejorado su salud emocional. Siempre le expresa lo mucho que lo ama y extraña”, indica la familia Mendoza.
Después de hablar con su padre, Alejandra escribió una carta dirigida a Mendoza. “¡Te amo papi! Seguiré orando a Dios para que pronto estés conmigo”, escribió la menor.
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Por su parte, los familiares de Mendoza aseguran que el preso político se siente con mucha fortaleza y mantiene un buen ánimo. “Miguel reitera su agradecimiento a cada uno de ustedes por sus oraciones, solidaridad y muestras de afecto hacia él y Alejandra”, detalló la comunicación de la familia divulgada en redes sociales.
Miguel Mendoza fue detenido en junio de 2021 y acusado por supuestamente cometer los delitos de “conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional” y “propagación de noticias falsas”, por lo cual fue condenado a nueve años de prisión.
Mendoza permanece detenido en la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ) mejor conocida como El Nuevo Chipote, a pesar de que ya fue condenado y de que la ley indica que debe cumplir su condena en el Sistema Penitenciario Nacional.