Panamá no reconocerá nueva sede diplomática nicaragüense

Casa de campaña, cuartel, clínica odontológica, hotel, estas son algunas de las funciones para las que ocupa la embajada de Nicaragua en Panamá, el prófugo de la justicia, el expresidente Ricardo Martinelli, amigo cercano del dictador nicaraguense Daniel Ortega, y próximamente se trasladaran a una sede más grande para mayor comodidad.

Estos privilegios en la sede diplomática en el país canalero, ha creado una tensión entre el gobierno de Panamá con su par de Nicaragua, puesto que el exmandatario es requerido por la justicia de su país para responder por cargos de corrupción durante su ejercicio presidencial.

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Intromisión en asuntos internos

En su más reciente nota de protesta, el gobierno de Panamá señala la actitud permisiva del gobierno de Daniel Ortega, “contraviniendo de manera abierta  y desafiante el desarrollo de la función diplomática en el país receptor”.

Panamá rechaza que al amparo de una supuesta protección, el señor Ricardo Alberto Martinelli Berrocal, “continúe usando la sede diplomática con fines políticos partidistas con el silencio de sus autoridades, lo cual para los afectos es una abierta intromisión en los asuntos internos panameños por parte del gobierno de Nicaragua”, añade la nota diplomática.

El panameño Rolando Rodríguez, asesor de investigación del Diario La Prensa de Panamá, aseguró al medio nicaragüense Confidencial que ya van al menos unas cuatro veces que la cancillería panameña ha advertido sobre el conflicto de intereses que está generando el expresidente, además se quejan por la permisividad con que actúa el gobierno de Nicaragua, puesto que el prófugo de la justicia panameña, está a todas sus anchas.

“El señor Martinelli, al parecer se ha apoderad de casi toda la sede diplomática de Nicaragua, y el gobierno nicaraguense ha decidido trasladar las operaciones del consulado a una casa contigua, pero Panamá le ha advertido a Nicaragua, que de ninguna manera van a permitir ese traslado y no van a reconocer los privilegios diplomáticos que se le concede esta sede”, expresó.

Martinelli fue condenado en un juicio público y ahora ha convertido la sede nicaraguense en un cuartel para su campaña política, cuya candidatura presidencial fue invalidada, porque de acuerdo a la Constitución de Panamá, ninguna persona que ha sido condenada por delitos dolosos, puede aspirar para cualquier cargo de elección popular.

Ahora quien ocupa su candidatura presidencial es a quien había nombrado como su vicepresidente. De tal manera que la embajada actúa como jefatura de campaña de Martinelli para promover dicha candidatura política, lo que ha generado el repudio del gobierno canalero.

No es perseguido político

“Panamá no va a reconocer a Martinelli como una persona que sufre persecución política porque la persecución que sufre es de carácter judicial y los delitos por los que fue condenado es por lavado de activos que no tienen que ver con un delito político, en consecuencia Panamá ha reiterado que no reconoce el asilo del señor Martinelli en las condiciones en que ha sido planteada y mucho menos le van a conceder un salvoconducto para que salga del país”, explicó Rodríguez.

En Nicaragua la dictadura sandinista ha abierto sus puertas como guarida de expresidentes corruptos y prófugos de la justicia, como los salvadoreños Salvador Sánchez Cerén y Mauricio Funes, a quienes incluso les extendió la nacionalidad nicaragüense.