Si hay víctimas poco visibles tras el crimen de una mujer que también es madre, esos son las hijas e hijos. El incremento de los femicidios mantiene preocupadas a las defensoras de los derechos de las mujeres, quienes aseguran que Nicaragua carece de políticas públicas que protejan y den seguimiento a los niños, niñas y adolescentes que quedan huérfanos tras el femicidio de la figura materna.

Para la abogada y feminista Fátima Amaya, el actual gobierno sandinista mantiene en abandono a las víctimas directas de este flagelo que cada día va en aumento debido a la falta de voluntad del Estado de Nicaragua.

“Nicaragua debería tener políticas públicas estatales de protección a esos niños, niñas y adolescentes víctimas de femicidios. Deberían dar seguimiento a estos menores y saber en manos de quiénes quedan, pero el actual gobierno está ocupado en otras cosas y a estas víctimas ni las vuelve a ver”, subrayó Amaya.

La especialista en derecho de familia también indicó que la mayoría de las mujeres asesinadas eran económicamente activas, por lo que su muerte también afecta al resto de la familia que dependía de ellas.

“Hasta en lo económico quedan desprotegidos los hijos de las mujeres víctimas de femicidio, porque la mayoría eran laboralmente activas y el soporte económico de su familia”, puntualizó.

No hay programa de atención a víctimas

En Nicaragua no existen programas de atención a víctimas de asesinatos de sus madres, así lo expresó María Teresa Blandón, feminista desterrada por el régimen de Daniel Ortega.

“No hay en Nicaragua, y lo decimos con absoluta certeza, un programa de atención a los niños víctimas directas del asesinato de su madre. El daño es terrible porque esas criaturas crecen con traumas que les acompañarán de por vida y, además, o crecen en el entorno de la familia del agresor o se quedan sin familia, porque el drama envuelve a las dos familias, la de la víctima y la del perpetrador”, dijo Blandón.

17 años sin hacer nada y con discursos demagogos

Para María Teresa Blandón, desde que Daniel Ortega está en el poder, no ha hecho nada por los derechos de las mujeres ni por los de los niños, niñas y adolescentes, quienes en algunas ocasiones son testigos presenciales de las muertes trágicas de sus madres.

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Huérfanos: víctimas directas del femicidio en Nicaragua 2

“Este régimen dictatorial lleva 17 años evadiendo su responsabilidad no solo con la prevención de la violencia machista, sino también con la atención a los hijos de las víctimas fatales, lo que habla claramente de la falta de responsabilidad hacia las mujeres y la niñez”, afirmó Blandón.

Blandón asegura que Ortega tiene un discurso demagogo ante las mujeres, porque por un lado habla de equidad de género y derechos, pero por otro deja solas a las familias de las víctimas de femicidio.

“Estas acciones del régimen reflejan demagogia, porque luego se llenan la boca con discursos sobre equidad de género y derechos de las mujeres, pero cuando se trata de cuestiones tan cruciales como la defensa de la vida, ahí no están, y son las propias familias las que tienen que hacerse cargo de sostener a esos niños que quedan en la orfandad”, puntualizó la feminista.

Aún se desconocen las cifras totales de huérfanos

Actualmente no hay cifras exactas de estos primeros cinco meses del 2024 que indiquen cuántos niños, niñas y adolescentes han quedado huérfanos debido a femicidios. Sin embargo, se sabe que de los más de 39 femicidios registrados este año, la mayoría de las víctimas tenía al menos uno o dos hijos, según María Teresa Blandón.

Las feministas y defensoras de los derechos humanos de las mujeres, Blandón y Amaya, expresaron que las víctimas más vulnerables de la violencia son aquellas mujeres que viven en condiciones de pobreza, que no tienen información sobre sus derechos, no cuentan con redes de apoyo ni con protección del Estado, y tienen menos capacidad de reaccionar ante la violencia. Añadieron que estas mujeres no han sido atendidas por el Estado de Nicaragua.

Durante el año 2020, aproximadamente 85 niños y niñas perdieron a sus madres debido a la violencia machista, cifra que incrementó en 2021, cuando se registraron 104 huérfanos producto de femicidio.