El Gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica (EE.UU.) ha anunciado un acuerdo histórico con Panamá para abordar la crisis migratoria en la región del Darién, una de las rutas más peligrosas y transitadas por migrantes provenientes principalmente de Venezuela, Ecuador y Haití. Este acuerdo, firmado durante la reciente visita del Secretario de Seguridad Nacional de EE.UU., Alejandro Mayorkas, al presidente panameño José Raúl Mulino, establece un plan piloto respaldado con una asignación inicial de seis millones de dólares por parte de Estados Unidos.
El objetivo principal del acuerdo es facilitar la repatriación rápida y segura de migrantes indocumentados que atraviesan el Darién, una selva impenetrable y extremadamente peligrosa que sirve de frontera natural entre Panamá y Colombia. Marcela Escobari, asistente especial del presidente Biden, enfatizó durante una videoconferencia que la situación en el Darién es “insostenible y en muchos casos trágica”, subrayando la necesidad urgente de desalentar a los migrantes de asumir riesgos extremos para buscar oportunidades fuera de sus países de origen.
El acuerdo contempla varios aspectos clave:
1. Financiamiento y Capacitación: Estados Unidos financiará los costos asociados con los vuelos de repatriación y proporcionará entrenamiento y asistencia técnica a las autoridades panameñas. Esta inversión busca fortalecer los esfuerzos existentes de Panamá para gestionar el flujo migratorio de manera más efectiva y humanitaria.
2. Enfoque Humanitario: Luis Miranda del Departamento de Seguridad Nacional de EE.UU. aseguró que el programa piloto incluirá medidas para garantizar que las deportaciones se lleven a cabo de manera humanitaria y respetando los derechos de los migrantes, independientemente de su nacionalidad.
3. Mensaje Disuasorio y Alternativas Legales: Marcela Escobari destacó que el acuerdo busca enviar un mensaje claro a los migrantes sobre la importancia de utilizar vías legales y seguras para migrar, en lugar de exponerse a los peligros del Darién y a las redes de contrabando de personas. Además, se está trabajando en aumentar las opciones legales de regularización para aquellos que buscan protección o mejores oportunidades en Estados Unidos.
El cruce del Darién, que abarca más de 100 kilómetros de territorio selvático y aún contiene áreas inexploradas, ha sido utilizado no solo por migrantes en búsqueda de un futuro mejor, sino también por narcotraficantes que aumentan aún más los riesgos para quienes atraviesan la región. Esta iniciativa bilateral entre Estados Unidos y Panamá no solo pretende gestionar el flujo migratorio de manera más efectiva, sino también proteger a los migrantes vulnerables de la explotación por parte del crimen organizado transnacional.
Aunque aún no se han proporcionado detalles específicos sobre la implementación operativa del acuerdo, los funcionarios involucrados aseguraron que se espera iniciar el proceso de repatriación en las próximas semanas, una vez que se finalicen los preparativos necesarios por parte de ambas naciones.